"Si Japón efectivamente está preocupado por su seguridad,
debería revisar el rumbo hostil contra Pyonyang, solicitar el cierre de
las bases militares estadounidenses y no actuar como un caniche de
Estados Unidos", ha sugerido este jueves un portavoz del Comité Nacional
Coreano para la paz.
De momento, Japón "sigue siendo un enemigo jurado de la nación coreana”, agrega en una declaración que recoge TASS, en la que advierte a Tokio de que no intentar "probar suerte".
Asimismo, ha criticado al primer ministro nipón, Shinzo Abe, y su
Gobierno por ampliar las sanciones y presiones contra Corea del Norte en
una medida que, a su juicio, sigue los pasos de Estados Unidos.
"En caso de emergencia la República Popular Democrática de Corea es
capaz de reducir a cenizas el archipiélago japonés incluso antes de que
ataque a EE.UU.", afirma el comunicado.
A Japón se le atribuye que trata de "aprovechar las alegaciones sobre
la amenaza" norcoreana para encubrir sus propios planes: "Tomar el
camino de la resurrección del militarismo y volver a invadir Asia".
La advertencia de Pyonyang se produce después de que Tokio ha lanzado
críticas a las políticas norcoreanas en las recientes cumbre del Grupo
de los 7 y la conferencia de seguridad en Asia denominada ‘Shangri-La
Dialogue’, celebrada en Singapur a principios de mes.
En caso de emergencia la República Popular Democrática de Corea es capaz de reducir a cenizas el archipiélago japonés incluso antes de que ataque a EE.UU.", ha sugerido un portavoz del Comité Nacional Coreano para la paz.
Corea del Norte ha realizado la madrugada de este jueves el
lanzamiento de varios misiles antibuque, según el Ministerio surcoreano
de Defensa.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón ha
anunciado que enviará una protesta formal a Corea del Norte por un
lanzamiento de misiles que cayeron en su zona económica exclusiva.
Se trata del cuarto ensayo misilístico de Pyongyang, en las últimas cinco semanas —el anterior se produjo el pasado 29 de abril—,
en desafío a las advertencias de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y las amenazas de Estados Unidos de una posible respuesta
militar.
La última ronda de restricciones contra Corea del Norte fue aprobada
el viernes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). La
Cancillería norcoreana reaccionó a los nuevos embargos asegurando que continuará fortaleciendo su poderío nuclear.
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