Estados Unidos retira sus dos portaviones
de la península coreana tras “haber” cumplido su misión en la región,
que consistía en una serie de “ejercicios militares” con la marina de
guerra surcoreana y japonesa, aunque en realidad estaban ahí para
amedrentar al gobierno de Corea del norte; ante esta situación uno se
pregunta: ¿se van por que cumplieron su misión o por otro motivo?
La realidad es que los estadounidenses son insistentes cuando se trata
de joder al prójimo y no se rinden así de fácil, así que la salida, o
debería decir huida, de los portaviones gringos de aguas coreanas
obedece a otros motivos.
Recordarán que hace unos días las fuerzas aeroespaciales norcoreanas habían hecho pruebas con el misil antibuque supersónico Hwasong-12,
entre otros modelos, para comprobar su funcionamiento y capacidad de
alcanzar los objetivos programados; en dichos ensayos los misiles fueron
dirigidos hacia las aguas cercanas a Japón en clara advertencia a dicho
país. Finalizados dichos ejercicios las autoridades norcoreanas
anunciaban que las pruebas habían sido exitosas, cosa que habría
reconocido posteriormente el mismo gobierno surcoreano.
Estos misiles son impulsados por un combustible sólido, lo que les
confiere la capacidad de poder preparar el disparo del misil en solo
cuestión de minutos, o segundos; así mismo, el misil está listo para
usarcé inmediatamente en cualquier momento, pues el combustible sólido
requiere mínimo mantenimiento y no necesita rellenarse periódicamente el
misil. Así mismo, al utilizar combustible sólido puede alcanzar
velocidades supersónicas, cercanas a mach 5.
Por lo tanto, las cualidades de este misil norcoreano le permiten burlar
casi con toda seguridad las defensas antiaéreas de los buques de
guerra estadounidenses, surcoreanos y japoneses; pudiendo impactar el
buque y hundirlo, o de mínimo dañarlo severamente.
Esta es la verdadera razón de por qué los portaviones estadounidense
abandonaron la península coreana, pues estaban expuestos a los misiles
supersónicos antibuque norcoreanos y muy probablemente los hundirían. Y
esa es también la razón de porque pidieron ayuda a Moscú para hacer frente al problema “norcoreano”.
Esta situación me recuerda a la vivida por México hace muchos años,
cuando los gringos quisieron robarnos la península de Yucatán, Veracruz,
Oaxaca y Tabasco, y enviaron una armada para tratar de ocupar el sur
del país, pero no contaban con que México había construido unos potentes
cañones y los había colocado en el puerto de Salinas Cruz, entre
algunos otros, para defender el territorio nacional de la agresión
yankee; así que al tratar de asaltar el puerto, los buques de la armada
estadounidense recibieron un primer disparo de advertencia que cayó a
escasos metros de la popa del buque insignia, pero creyendo que aquello
había sido solo cuestión de suerte, no desviaron el rumbo ni frenaron,
sino que al contrario, aceleraron el avance de los buques, pero al
segundó disparo de la artillería mexicana la popa del primer buque fue
hecha pedazos, lo que los obligo a retirarse y alejarse de las costas
mexicanas, aunque ahí estuvieron por mucho tiempo sin poder hacer nada,
hasta que finalmente desistieron de su propósito y se alejaron del
territorio nacional. Así fue como México impidió la fragmentación del
país; y eso mismo acaba de repetirse en el caso de Corea del Norte;
diferentes actores, diferentes armas y diferentes épocas pero el mismo
resultado.
Como podemos comprobar, cuando decía Kim Young Un que podía hundir un
portaviones de un solo disparo no estaba exagerando, y más si
consideramos que los misiles pueden ser equipados con ojivas atómicas.
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