El conflicto diplomático entre Catar y ciertos países árabes acerca del
supuesto apoyo de Doha a los grupos terroristas ha dejado pasar
desapercibido el hecho de que casi todos los territorios involucrados en
esta pelea diplomática hayan apoyado a los extremistas, opina el
periodista italiano Giulietto Chiesa en un artículo para Sputnik.
La
ruptura de las relaciones diplomáticas de Arabia Saudí, Emiratos Árabes
Unidos, Egipto, Bahréin y Libia con Catar ilustra el cambio drástico en
la situación en Oriente Próximo. Giulietto Chiesa no excluye la
posibilidad de una acción militar e indica que los escuadrones aéreos
cataríes ya patrullan el espacio aéreo del país de manera constante.
Mientras
tanto, los vecinos de Catar están tomando medidas radicales, entre
ellas el cierre de fronteras, tráfico aéreo y marítimo, además de
entidades bancarias.
Está previsto que a corto plazo los
diplomáticos regresen a sus países de origen, según informa Al Jazeera,
la 'voz' de Catar, que está prohibida ya en muchos países de la región.
A
juicio de Chiesa, es difícil entender cómo se ha alcanzado una
situación tan adversa. A primera vista, la pelea diplomática tomó vuelo
tras las declaraciones del ministro catarí, el jeque Mohamed bin
Abdulrahman Thani. Thani se había referido a las campañas mediáticas de
Arabia Saudí, que a su entender difamaban a su país. Riad encontró
ofensivos dichos comentarios.
Asimismo, la agencia catarí QNA
publicó un artículo en el que informó que el emirato ordenó la retirada
de sus embajadores de Bahréin, Egipto, Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos
Árabes Unidos a causa de las tensiones con la Administración del
presidente de EEUU, Donald Trump.
El artículo también citó al
emir catarí, Tamim bin Hamad Thani, quien supuestamente calificó a Irán
de "potencia islámica", además de considerar a Hamás el "representante
legítimo del pueblo palestino".
El Ministerio de Exteriores de
Catar informó después que la agencia QNA había sido hackeada, de manera
que las declaraciones del emir habían sido falsificadas. Sin embargo,
cuatro países suníes decidieron utilizar esta situación como pretexto
para romper sus lazos diplomáticos con Doha.
Desde el punto de vista de Chiesa, existen razones más serias tras esta decisión.
Después
de la visita de Donald Trump a Riad y su bendición para crear la nueva
coalición suní contra Irán —que es mayormente chií—, Riad decidió que
tiene derecho a dictar las reglas en el golfo Pérsico, señala el
periodista italiano. Y su primera víctima fue Catar, el 'malhechor'
principal de la región.
![](https://cdnmundo1.img.sputniknews.com/images/106970/61/1069706104.jpg)
El columnista destaca que las acusaciones de apoyar el terrorismo
parecen cómicas, dado que provienen de Arabia Saudí, "el patrocinador
más importante de Daesh" —autodenominado Estado Islámico, proscrito en
Rusia y otros países—.
Chiesa asegura que Catar, gracias al
crecimiento económico que ha vivido a lo largo de los últimos años, se
ha convertido en patrocinador de la "organización terrorista salafista",
que difiere ideológicamente del wahabismo, apoyado por Arabia Saudí.
Los Hermanos Musulmanes, ciertas unidades del Frente al Nusra, Al Qaeda y
Hamás se han vuelto partes de esta organización salafista, afirma.
Según
el periodista, esto explicaría por qué El Cairo, liderado por
Abdelfatah al Sisi, que lucha contra los Hermanos Musulmanes en su país,
se alineó con Riad.
Bahréin tampoco se quedó de brazos cruzados y acusó a Doha de ayudar a los 'terroristas' en Yemen.
Chiesa
insiste en que hay en juego intereses muy importantes, y estos van más
allá de la discusión acerca de "quién es el mayor terrorista" y de las
disputas entre suníes y chiíes.
"De hecho, todo gira en torno al
gas. El gas es la fuente principal de ingresos de Catar. Recientemente
ha sido hallado un yacimiento enorme de metano en mitad del golfo
Pérsico. Este yacimiento se ubica parcialmente en las aguas
territoriales de Irán y garantiza décadas de prosperidad a Doha",
aseguró Chiesa.
El columnista señaló que una de las posibles
razones por las que Trump recibió cordialmente la idea de la 'OTAN
árabe' era su deseo de controlar este yacimiento de gas.
Chiesa
puso de relieve que una de las causas de la guerra en Siria ha sido la
decisión del presidente sirio, Bashar Asad, de prohibir la construcción
de un gasoducto.
Después de la derrota de Daesh en Siria, Riad
está considerando otra opción: levantar un gasoducto a través del
territorio de Jordania e Israel. Doha, por su parte, está barajando la
posibilidad de construir uno a través del territorio de Irán y Turquía,
enemigos acérrimos de Arabia Saudí e Israel.
"Y puede que Washington ya haya decidido apretar el gatillo y deshacerse del emir Tamim", concluyó Chiesa.
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