POR: WALTER
PAYEHUANCA AÑAMURO
wpayehuancaa@gmail.com
La palabra DEMOCRACIA, deriva de dos vocablos griegos, DEMOS que significa PUEBLO y KRATEIN, que significa GOBERNAR,
y su definición es SISTEMA POLÍTICO POR
EL QUE EL PUEBLO DE UN ESTADO-NACIÓN,
EJERCE SU SOBERANÍA MEDIANTE CUALQUIER FORMA DE GOBIERNO QUE HAYA DECIDIDO
ESTABLECER. Es decir, el ejercicio directo de las responsabilidades
gubernamentales por parte del pueblo. De acuerdo a la definición
establecida por el Diccionario de la Lengua Española, DEMOCRACIA, es la intervención
del pueblo en el gobierno, es el predominio del pueblo en el
gobierno político de un Estado.
En
ese sentido, democracia, no sólo es participar cada determinado periodo de
tiempo, en la elección de los gobernantes criollos de turno, democracia es la participación
plena del pueblo en su conjunto, en el gobierno del Estado-Nación.
Los
criollos y acriollados, con frecuencia nos repiten mediante los medios de
comunicación radial, televisada y escrita, la mentira de que en el Perú vivimos
en una democracia, sin embargo, el único acto democrático en el Perú, son las
elecciones (presidencial, congresal, regional y local), porque en dicho acto participamos
la mayoría para elegir a los gobernantes de turno, sea nacional regional o
local.
La
democracia criolla es una farsa, porque el pueblo no decide su destino, son la
minoría de criollos quienes deciden el destino de todos los tawantinsuyanos (peruanos), porque el
pueblo no ejerce su soberanía, la soberanía ha sido usurpada por los criollos.
Los gobernantes criollos, jamás fueron ni serán portavoz de los deseos del
pueblo, por el contrario siempre fueron el portavoz de los intereses y deseos
ilícitos e inmorales de los criollos.
La
democracia en el Perú, es el perfecto disfraz de la dictadura de la minoría de criollos,
que constituyen los grupos de poder económico, que han detentado el poder desde
la falsa “independencia” y continúan al igual que sus antepasados españoles (invasores,
asesinos y violadores por excelencia), con el saqueo de nuestros recursos
naturales, la explotación y la discriminación del Runa y del Jaqi, el dominio
de nuestra nación Tawantinsuyana, con métodos cada vez más sutiles, más
disimulado, más solapado. En el Tawantinsuyu de hoy, no hay democracia, porque
el pueblo no interviene en el gobierno, la forma de gobierno fue importada
(imitada) de Europa, nos fue impuesta, nunca participamos en tal decisión
porque jamás se nos consultó, los criollos siendo minoría decidieron por todos
nosotros.
Todo
lo que ha vivido el pueblo tawantinsuyano, a lo largo de la época llamada “republicana”,
desde 1821 hasta hoy, es la mejor demostración de que nunca tuvimos una
verdadera y real democracia, la falsa democracia que hemos vivido y vivimos
aún, siempre significó el engaño, la demagogia, la aplicación de la fuerza, la
violación y la limitación de los derechos humanos, la corrupción administrativa,
el fraude, las ansias de entregar nuestra soberanía económica y territorial al saqueador
(capital) extranjero, la corrupción material y social, significó también la
permanente negación de la voluntad del pueblo a través de los llamados
mecanismos “representativos”, que no es más que un instrumento de dominio de la
nación tawantinsuyana, una burla para el pueblo. Se asesinó y aún se asesina en
nombre de la falsa democracia. Vivimos y hemos vivido permanentemente en una
dictadura criolla, con el disfraz de democracia. Aquí, no caben diferencias
entre periodos “democráticos” y periodos de “dictadura”, todo el periodo
republicano fue una dictadura de los criollos, de la partidocracia, de la
corrupción y la injusticia, fueron regímenes de persecución, hambre,
desnutrición, destrucción, discriminación, asesinatos, pobreza, corrupción,
inmoralidad, saqueo de las arcas del Estado.
La falsa democracia
criolla, sirvió y aún sirve, para que los criollos, corruptos, usurpadores de
la soberanía popular, se roben dinero del estado, y regalen nuestros recursos naturales
a los saqueadores extranjeros o “nacionales”, infiltrando las instituciones
fundamentales del Estado para facilitar su tarea. Esta tiranía mal llamada
“democracia” ha violado sistemática y permanentemente los postulados
constitucionales, que supuestamente regulan el sistema democrático, al no
cumplir con el fin supremo de un estado, el de lograr el bienestar social
colectivo de la nación, la defensa de la persona humana, y la garantía del
respeto a la dignidad humana de todos y cada uno de los integrantes de la
nación, ignorando la razón de ser del Estado que son el hombre y su objeto
social.
El Estado criollo, ha
demostrado su incapacidad para proporcionar al pueblo bienestar social mínimo
que pide; el Poder Legislativo criollo, no ha sido capaz de interpretar fiel y
cabalmente las verdaderas aspiraciones del pueblo, a quienes se obligo y se obliga a
elegirlos, bajo amenaza de multa, el Poder Judicial se empeña por impartir
“injusticia” en nombre de la nación, en nombre de la equidad, frustrando las
expectativas de un pueblo con sed de orden y de justicia social. La policía,
lucha por proteger al delincuente, viola normas que debe proteger, usa su cargo
para sacar ventaja personal, todo ello a nombre de la nación.
Esta situación no
puede continuar, debe acabar por siempre, por ello, a los saqueadores de la
hacienda pública, hambreadores del pueblo en provecho propio,
traficantes de honras y conciencias, destructores de todos los valores éticos y
morales que nos legaron nuestros antepasados del Tawantinsuyu, les decimos que
les llegará su hora, de manos de los Jaqis
y Runas del Tawaintisuyu, quienes estamos forjando la verdadera y real
democracia, como una obra grandiosa de los descendientes de la cultura Inka,
herederos de nuestro pasado glorioso.
Juntos los pobladores
originarios del Tawaintisuyu, organizaremos nuestra nación Tawantinsuyana, reivindicando
nuestra cultura, nuestros idiomas maternos, nuestras costumbres, nuestra forma
de vida en armonía con la naturaleza, nuestro pasado, nuestra identidad,
nuestras expresiones culturales, nuestro canto, nuestras danzas, nuestra
música, nuestra religión. Juntos retomaremos nuestro destino, interrumpido por
la invasión española, con el retorno de la tempestad en los Andes, para la
restauración del Tawantinsuyu, para el amanecer Tawantinsuyano y el ocaso del
criollo.
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