viernes, 2 de marzo de 2018

¿REPÚBLICA DEMOCRATICA PERUANA?




POR: Walter Payehuanca Añamuro

La palabra REPÚBLICA deriva del latín RES PUBLICA, que significa,LA COSA PÚBLICA, y es una forma de Estado en la que la soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su nombre a un grupo de representantes elegidos. En el Estado republicano, el gobierno se convierte en portavoz de los deseos del pueblo que lo ha elegido. Eso significa que el SOBERANO ES EL PUEBLO
Por su parte la palabra DEMOCRACIA, deriva de dos vocablos griegos, DEMOS que significa PUEBLO, y KRATEIN que significa GOBERNAR, y su definición es: “SISTEMA POLÍTICO POR EL QUE EL PUEBLO DE UN ESTADO-NACIÓN, EJERCE SU SOBERANÍA MEDIANTE CUALQUIER FORMA DE GOBIERNO QUE HAYA DECIDIDO ESTABLECER”. Es decir, el ejercicio directo de las responsabilidades gubernamentales por parte del pueblo.
Entonces República Democrática es una forma de gobierno elegida por el  PUEBLO que es el SOBERANO, quien a su vez tiene la última palabra sobre el destino de un Estado-Nación.
  El Perú, se precia de ser una república y tener una forma de gobierno democrática. Los criollos con frecuencia nos repiten mediante los medios de comunicación a su servicios la mentira de que en el Perú vivimos en una democracia, una mentira de las tantas a que están acostumbradas a decir, decimos que es una gran mentira porque Democracia no solo es participar en elecciones para elegir a los corruptos de turno que van a enriquecerse a costa de las arcas del Tesoro Público, porque en el Perú el pueblo no decide su destino, los criollos deciden por el, porque los gobiernos criollos jamás fueron portavoz de los deseos del pueblo, por el contrario fueron portavoz de los deseos ilícitos e inmorales de los criollos, porque en el Perú el pueblo, no ejerce su soberanía, la soberanía ha sido usurpada por los criollos.
La Democracia en el Perú, es el perfecto disfraz de la dictadura de los criollos capitalistas, que constituyen los grupos de poder que han detentado el poder desde la ¿“independencia”?, y continúan con la labor de sus antepasados españoles (invasores, asesinos y violadores por excelencia) de saqueo, explotación y discriminación contra la nación kheswaymara, con métodos cada vez más sutiles. En el Perú no hay democracia real, porque el pueblo jamás ejerció su soberanía, la forma de gobierno ha sido importada desde Europa, no hemos decidido nosotros, jamás se nos consultó, deciden por nosotros los criollos que constituyen una minoría.
Democracia, como se dijo anteriormente, no sólo es elegir cada determinado periodo de tiempo, a los gobernantes criollos de turno, Democracia, es participación plena del pueblo en su conjunto en el gobierno del Estado-Nación.

Todo lo que ha vivido el pueblo peruano, a lo largo de la vida “republicana”, en una seudo “democracia”, es la mejor demostración de que nunca tuvimos una verdadera y real democracia, la falsa democracia que hemos vivido y vivimos aún, siempre significó el engaño, la demagogia, la aplicación de la fuerza, la violación y la limitación de los derechos humanos, la perversión administrativa, el fraude, las ansias de entregar nuestra soberanía económica y territorial al capital extranjero, la corrupción material y social, la permanente negación de la voluntad del pueblo a través de los llamados mecanismos   “representativos”,  que no es más que una burla para el pueblo, se asesinó y aún se asesina en nombre de la falsa democracia. Vivimos y hemos vivido permanentemente en una dictadura, con el disfraz de democracia, aquí, no caben diferencias entre periodos “democráticos” y periodos de “dictadura”,  todo el periodo republicano fue una dictadura de los criollos, de la partidocracia, de la corrupción y la injusticia; a excepción del gobierno Revolucionario encabezado por el General Juan Velasco Alvarado, fueron regímenes de persecución, hambre, desnutrición, destrucción, discriminación, asesinatos, pobreza, corrupción, inmoralidad, saqueo de las arcas del Estado.
La “democracia”, sirvió y aún sirve, para que los criollos corruptos, usurpadores de la soberanía popular, se roben dinero del estado, y regalen nuestras riquezas naturales a los saqueadores extranjeros, infiltrando las instituciones fundamentales del Estado para facilitar su tarea. Esta tiranía mal llamada “democracia” ha violado sistemática y permanentemente los postulados constitucionales, que supuestamente regulan el sistema democrático, al no cumplir con el fin supremo de un estado, el de lograr el bienestar social colectivo de la nación, la defensa de la persona humana, y la garantía del respeto a la dignidad humana de todos y cada uno de los integrantes de la nación, ignorando la razón de ser del Estado que son el hombre y su objeto social. El Poder ejecutivo criollo, ha demostrado su incapacidad para proporcionar al pueblo bienestar social mínimo que pide; el Poder Legislativo criollo, no ha sido capaz de interpretar  fiel y cabalmente las verdaderas aspiraciones del pueblo a quienes se obligó y se obliga a elegirlos, bajo amenaza de multa, el Poder Judicial se empeña por impartir “injusticia” en nombre de la ¿nación?, en nombre de la ¿equidad?, frustrando las expectativas de un pueblo con sed de orden y de justicia social. La policía, lucha por proteger al delincuente, viola normas que debe proteger, usa su cargo para sacar ventaja personal, todo ello a nombre de la nación.
Nuestra tarea es acabar por siempre esta situación, por ello, a los saqueadores de la hacienda pública, hambreadores del pueblo en provecho propio, traficantes de honras y conciencias, destructores de todos los valores éticos y morales que nos legaron nuestros antepasados del Tawantinsuyu, les decimos que les  llegará su hora, de manos de los kheswaymaras, quienes estamos forjando la verdadera y real democracia, como una obra grandiosa de los jilatas aymaras y de los wawqis Kheswas; herederos de nuestro pasado glorioso incaico. Juntos, organizaremos nuestra nación Tawantinsuyana, reivindicando nuestra cultura, nuestros idiomas, nuestras costumbres, nuestra forma de vida en armonía con la naturaleza, nuestro pasado, nuestra identidad; retomaremos nuestro destino, interrumpido por la invasión española, con el retorno de la tempestad en los Andes, para la restauración del Tawantinsuyu, para el amanecer tawantinsuyano y el ocaso del criollo.



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