Pero centrémonos inicialmente en lo que ha declarado Erdogan.
La cuestión es que ante un grupo de periodistas en Ankara, la capital turca, el mandatario ha exigido que “Europa respete los derechos humanos y la democracia”.
¡Se ha de ser muy cínico para ser Erdogan y exigirle a los demás respeto por los derechos humanos y la democracia!
Recordemos que Erdogan se dedica a perseguir y encarcelar a todos los
periodistas y medios de comunicación que no siguen sus designios
tiránicos e islamistas.
Un Erdogan que niega enfervorizadamente el genocidio armenio
practicado por las ansias imperialistas turcas (las mismas que él quiere
recuperar) y que reprime con dureza a los kurdos, usando la tradicional
estrategia de crear enemigos virtuales y terroristas, para justificar
su creciente viaje hacia el autoritarismo.
Sumémosle a ello la persecución de un “fantasma” que
constantemente amenaza al régimen turco, encarnado en el clérigo
opositor Fetulá Gülen, al que Erdogan otorga poderes propios de un
villano de cómic, y cuyos presuntos “tentáculos malignos de conspiración” se extienden a escala planetaria bajo el amparo de la CIA, según Erdogan y su maquinaria de propaganda.
Vamos, la típica táctica de los viejos dictadores de toda la vida,
que siempre buscan enemigos internos y externos a los que combatir para
justificar la brutalidad de su propio régimen.
Pero sobretodo, recordemos que este personaje siniestro, ha estado
ayudando a Estado Islámico durante años y financiando el terrorismo
islamista de forma encubierta. Su propio hijo Bilal Erdogan, estaba
vinculado con el tráfico de petróleo saqueado por Estado Islámico, tal y
como informábamos en el artículo LA SUCIA VINCULACIÓN DE ERDOGAN (Y OCCIDENTE) CON ISIS.
Pero por lo visto, ahora nadie quiere recordarlo.
Las vinculaciones de Erdogan con Estado Islámico, fueron destapadas
principalmente por los medios pro-rusos, cuando Erdogan bailaba como un
títere al son de occidente en el conflicto sirio. Incluso por Wikileaks.
Por aquel entonces, los medios occidentales callaban sus sucias bocas
compradas y no decían nada sobre los vínculos de Erdogan con el
terrorismo islamista, puesto que si tiraban de la cuerda, al final de
todo podían encontrar a EEUU, Israel, las monarquías del golfo aliadas
de Occidente y a las diferentes potencias europeas.
Por lo tanto, a Occidente le interesaba pasar por alto los vínculos
directos y conocidos de Erdogan con Estado Islámico, mientras que a
Rusia le interesaba mostrarlos por sus propios intereses en el conflicto
sirio.
Pues bien, ahora las tornas han cambiado, el conflicto en la región
ha dado dos saltos mortales y medio tirabuzón, y resulta que Erdogan
ahora es aliado de Rusia y cada vez más, un enconado enemigo de Europa
(no tanto de EEUU, donde ahora ha llegado un personajillo de su mismo
pelaje).
Y ahora, los medios de propaganda rusos, misteriosamente, han
olvidado los archiconocidos vínculos de Erdogan y toda su familia
criminal con Estado Islámico,mientras que los medios occidentales
prefieren no recordarlos para que no se descubran las mismas
implicaciones con el terrorismo islamista que ya tapaban cuando Erdogan
estaba controlado.
Resultado: este demente tiránico y promotor del terrorismo islamista,
este genocida potencial con tintes psicopáticos, ya no tiene medios de
información que lo denuncien como lo que es.
Y eso le permite atreverse a amenazar de forma encubierta con
atentados terroristas contra ciudadanos europeos, que es, precisamente,
lo que acaba de hacer.
Por que esto es lo que ha sucedido hoy. Lo ha hecho poco antes de que se produjera uno.
Cuando Erdogan nos dice “Si Europa sigue por este camino, no habrá un solo europeo en el mundo que pueda caminar seguro por las calles”, lo que está haciendo en realidad es verter una amenaza velada al más puro estilo mafioso.
A primera vista, puede parecer que estas declaraciones de Erdogan
sobre la seguridad de los ciudadanos europeos por el mundo eran una
manera de indicar que los abusos de los países europeos los llevarán a
ser víctimas del odio que ellos mismos generan y que nosotros las
sacamos de contexto.
Pero esa ya era una interpretación para ingenuos, antes del atentado de Londres. La amenaza era clara.
Recordemos además, que Erdogan tiene las llaves para permitir la
entrada en Europa de una oleada de refugiados (con sus pertinentes
“agentes de Estado Islámico” infiltrados), para materializar estas
amenazas.
Y puestos a elucubrar: ¿a quién le iría muy bien que se produjera una
inundación de refugiados y se multiplicaran los actos terroristas en
Europa? A la ultraderecha aliada de Putin…que ahora es aliado de
Erdogan.
Es es el combustible que necesita esa ultraderecha (ahora llamada
eufemísticamente populismo)…¿no les pareció sospechoso que Erdogan
intentara realizar sus mítines multitudinarios en Holanda justo unos
días antes de las elecciones, provocando un conflicto que potencialmente
sólo podía beneficiar al movimiento anti-islámico y xenófobo de Geert
Wilders? ¿Nadie se fijó en ese “insignificante” detalle?
Por lo visto, no dio el resultado esperado, pero la maniobra estuvo ahí.
Y ahora, cuando Francia está a punto de elegir nuevo gobierno y todos
los opositores a marine Le Pen son masacrados por un alud de casos de
corrupción que salen a la luz (la propia Le Pen también, pero en menor
magnitud), nuestro amiguito Erdogan realiza esta amenaza encubierta que
todo el mundo decide pasar por alto y poco después en Londres se produce
un atentado terrorista a las puertas del parlamento y en el puente de
Wetminster.
Evidentemente, todos estos hechos se pueden interpretar de maneras
muy diferentes y se hace realmente difícil aclarar quién puede estar
detrás de cada acción o suceso.
Existe la posibilidad de que Erdogan no tenga implicaciones con lo
sucedido en Londres y que el timing de los hechos sea fruto de un
conjunto de desafortunadas casualidades.
Quizás los lectores tengan a bien exponer sus propias teorías en el espacio de comentarios.
Pero lo que cada vez parece más innegable, es que estamos inmersos en
una guerra muy sucia a escala planetaria, entre mafias sin escrúpulos
de ningún tipo, capaces de hacer lo que sea; y no hace falta decir que
las víctimas de sus enfrentamientos, seremos nosotros, los “inocentes
transeúntes”…como siempre…
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