Los grupos rebeldes sirios en la localidad de Daraa, suroeste de Siria, 7 de junio de 2018.
Estados Unidos huye de enfrentamientos con el Ejército de Siria y la aviación de Rusia y da la espalda a los grupos ‘rebeldes’ agazapados en Daraa.
El pendular apoyo que da EE.UU. a los grupos 'rebeldes' y extremistas desplegados en Daraa (suroeste de Siria), asediados bajo el fuego de artillería del Ejército sirio y los bombardeos de la Fuerza Aérea rusa cae, la Armada estadounidense se niega a ayudarles, según informa este domingo la agencia británica de noticias Reuters, que cita a altos comandantes de dichas bandas.
Mediante una carta enviada a los cabecillas del llamado Ejército Libre de Siria (ELS), Washington les ha dejado claro que no esperen la intervención del Ejército estadounidense para proveerles ayuda.
El Ejército sirio lanzó el viernes 22 de junio una serie de ataques a gran escala contra las posiciones de los terroristas en las provincias sureñas de Al-Swieda y Daraa, con el fin de liberar varias zonas en las manos de los takfiríes.
En paralelo, las fuerzas gubernamentales sirias llevaron a cabo intensos ataques misilísticos contra los bastiones de los extremistas en las localidades orientales como Masifrah, Maliha Sharqiyah, Maliha Al-Gharbiyah, Busra Al-Sham, Busra Al-Harir y Al-Karak.
En las operaciones realizadas se liberaron siete ciudades y dos aldeas que estaban en poder de la banda terrorista Junta de Liberación del Levante (Hayat Tahrir Al-Sham, en árabe).
Además, aviones de guerra de la Federación de Rusia, en una operación coordinada y simultánea con las fuerzas sirias, lanzaron unos 30 bombardeos contra los grupos 'rebeldes' y extremistas.
De acuerdo con el diario árabe Al-Masdar News, los cazabombarderos sirios efectuaron una ofensiva aérea para asediar a los remanentes de las bandas takfiríes que aún están en la ciudad de Busra Al-Harir, que también ha sido blanco de ataques rusos.
Con el aumento de los ataques de Damasco contra las zonas surorientales que están ubicadas en las cercanías de los altos del Golán (tierras sirias ocupadas por el régimen de Israel) el Gobierno de Bashar al-Asad ha sido blanco de sistemáticas amenazas de las autoridades estadounidenses y los altos cargos israelíes.
EEUU planea vender 294.000 millones de dólares de su deuda, según datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Esta es la cifra más alta desde la crisis financiera de 2008.
Los ingresos federales de EEUU están en declive tras los recortes fiscales implementados por Trump y es por esto que el Gobierno necesita recurrir a préstamos.
Washington está vendiendo deuda a corto y largo plazo en un momento inoportuno, según explica CNN Money. Así, hace poco el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió imponer aranceles a las importaciones chinas. A su vez, China es el país con más bonos de EEUU en sus manos.
Por su parte, Pekín se mostró dispuesto a hacer frente a posibles guerras comerciales.
De momento, el país asiático posee 1,17 billones de dólares de deuda estadounidense. Entre enero y febrero de 2018 el país disminuyó dichas reservas en un 1,4%.
El hecho de que China tenga tantos bonos de EEUU se debe al superávit comercial de Pekín. Es decir, vende más bienes y servicios a EEUU de los que adquiere, y prefiere invertir el dinero obtenido en activos seguros, como la deuda estadounidense.
Pekín y Washington están negociando para evitar una guerra real y Trump necesita que China y otros inversores extranjeros paguen por los recortes impositivos.
Al mismo tiempo, el Sistema de la Reserva Federal dejó de adquirir deuda estadounidense, ya que el banco central acabó con el programa de la época de la crisis, destinado a reducir el costo de los empréstitos.
Washington prevé aumentar los gastos y Trump ya firmó la ley que los eleva hasta los 1,3 billones de dólares. En este contexto, la necesidad de obtener préstamos será todavía más acuciante.
En febrero de 2018, el déficit presupuestario de Estados Unidos llegó a la cifra de 215.000 millones de dólares, la cantidad más alta de los últimos seis años.
Los expertos prevén que los costos de los préstamos sigan aumentando. De mantenerse el ritmo actual, en 2028 el pago de intereses de la deuda estadounidense llegará a ser de 1,05 billones de dólares.
Rusia redujo en mayo la compra de obligaciones del Tesoro de Estados Unidos a casi la mitad. El país se deshace así de aproximadamente el 50% de sus reservas internacionales en dólares y demuestra que la deuda de EEUU ya no es atractiva. ¿Por qué el Banco Central de Rusia ha tomado esta decisión? ¿Puede acabar haciendo China lo mismo?
Los nuevos datos los publicó el propio Departamento del Tesoro estadounidense. El Banco de Rusia vendió, concretamente, 47.500 millones de dólares, de modo que a primero de mayo las reservas internacionales del país contaban solo con 48.700 millones de billetes verdes; el 10% del total de divisas extranjeras con las que cuenta el Banco Central.
De un día para otro, Moscú pasó de estar en el puesto 16 de Estados con mayor compra de deuda estadounidense a estar en el 22 y, a pesar de que Rusia nunca destacó en la lista, a ese 10% de dólares se le puede considerar una miseria, señala Natalia Dembrínskaya, columnista de Sputnik.
Una decisión estratégica
Los especialistas señalan que la venta masiva de dólares por parte de Rusia responde a la presión de las sanciones estadounidenses que pesan desde abril. Que los Estados compren deuda estadounidense siempre le salió rentable a Washington, ya que ello implica que un país está invirtiendo en otro y lo financia.
"El Banco Central lo deja bastante claro: Moscú no está dispuesto a financiar el presupuesto de un país que practica abiertamente una política hostil", añade Dembrínskaya.
La medida no solo resulta lógica desde el punto de vista político, sino también desde el económico. El gigante ruso del acero, Rusal, también cayó en las fauces de las sanciones con el aumento del 25% a los aranceles al acero ruso que se exporta a EEUU.
Por lo tanto, "que Rusia vendiese las obligaciones del Tesoro de EEUU en abril estuvo relacionado, sobre todo, con la adopción de sanciones" contra ella y contra una jugosa lista de sus compañías, advierte Mark Goighman, analista de la firma Teletrade al periódico ruso Vzglyad.
De hecho, es un movimiento que no solo responde a las sanciones que ya están sobre la mesa, sino a las que pueden estar por venir. Sobre todo si la situación se complica, en cuyo caso EEUU podría, incluso, congelar activos rusos, añade Andréi Vernikov, subdirector del bróker Zerich Capital Management.
No solo sanciones
Sin embargo, las sanciones podrían estar lejos de ser la única razón por la que Rusia se ha visto obligada a deshacerse de sus dólares, subraya Román Blinov, director del departamento de análisis del Centro Internacional de Finanzas de Moscú.
"Las sanciones son solo la mitad del problema. Existen otros factores como el aumento de los tipos o tasas de interés, lo que también influye en la rentabilidad de los títulos del Tesoro estadounidense", añade Blinov.
A fin de cuentas, que Rusia se deshaga de dinero estadounidense implica que el país es ahora menos dependiente de Estados Unidos. Lentamente, Rusia sigue mirando hacia el oro, activo que comprende el 18% de las reservas del país.
"Que el país esté acumulando oro significa que se está defendiendo de los riesgos monetarios. Es un seguro contra las sanciones y, evidentemente, da la oportunidad de ahorrar", explica Dembrínskaya.
Todos los analistas coinciden en algo: en que la venta de las obligaciones del Tesoro estadounidense por parte de Rusia no tiene precedentes. Nunca había vendido tantos bonos. Ni siquiera en todo un año.
A finales de abril, la rentabilidad de las obligaciones del Tesoro estadounidense a diez años alcanzó el 3%, lo que hizo que los valores se desplomasen. Para los economistas, el escenario —que no se veía desde 2008- no augura nada bueno a la economía estadounidense porque todo el mundo pensará en subir las tasas. "Es un escenario que alimenta los temores de un futuro colapso", señala el prestigioso inversor Jeffrey Gundlach.
China, la siguiente
Los analistas avisan que, si Washington sigue adelante con su guerra comercial contra China, Pekín podría acabar adoptando la misma decisión de Rusia en lo que respecta a la venta de bonos del Tesoro. El escenario será entonces incluso más desolador. Sobre todo porque el país asiático, a pesar de sus desavenencias con Washington, es el mejor y mayor comprador de deuda estadounidense del mundo.
Ya en 2017 se deshizo de una cantidad de valores que, aunque desdeñable, fue superior a la de años anteriores. Si China sigue 'de rebajas', el movimiento le puede salir caro a la economía estadounidense. Otros países podrían entonces predicar con el ejemplo chino y generar otro golpe contra la superioridad de Estados Unidos en el sistema económico internacional.
Trump será el último presidente de los EEUU y estas son las razones para afirmar tal cosa
Descubre los motivos para la destrucción económica de los Estados Unidos de América
Donald Trump sin duda es un presidente muy diferente a todos los anteriores que han gobernado Estados Unidos, o al menos a todos los de tiempos recientes. Desde el primer momento que inició la precampaña para acceder a la Casa blanca se ha visto que este sujeto no se ajusta al estereotipo de lo que debe ser un presidente, tanto en su discurso como en sus acciones.
Así, tenemos que este hombre es el primero que se decide a reconocer a la ciudad de Jerusalén como capital del estado hebreo; también es el primero que dice lo que realmente piensa, aunque eso ofenda o hiera los sentimientos de terceros países. Así, no se calla la boca cuando denuncia supuestas aptitudes injustas que los demás países tienen para con su nación, de esta manera denuncia presuntas prácticas comerciales desleales que perjudican a su país en el intercambio comercial con prácticamente todo el resto del mundo.
Trump afirma que China realiza practicas injustas y proteccionistas que le dan ventaja a sus empresas frente a las empresas estadounidenses y que, por lo tanto, China mantiene un enorme superávit en la balanza comercial con respecto a Estados unidos.
Entonces, él afirma que no es que las empresas estadounidenses sean obsoletas en sus métodos industriales y comerciales, sino que le hecha toda la culpa de la situación a supuestas prácticas deleznables del gobierno chino, prácticas que consisten en el Dumping; esto es, la subvención de los costos de producción para los empresarios chinos para que estos puedan vender más baratos sus productos y así eliminar la competencia estadounidense, pero, sin embargo, muchas empresas estadounidenses, como la misma Apple, trasladan su producción al país asiático para así aprovechar los bajos salarios y la enorme oferta de personal cualificado, para de esta manera abaratar sus productos y de esa forma eliminar la competencia china, situación de la que se le acusa precisamente al gobierno chino.
Pero Trump no habla de la subvención a los costos de producción que implica que empresas norteamericanas trasladen la producción a China (o México, por ejemplo), pues ellos no pagan la capacitación de esos trabajadores, ni su formación académica; esos costos los absorbe el gobierno chino al ser precisamente ciudadanos chinos los empleados de esas empresas norteamericanas. Trump solo habla parcialmente y no dice toda la verdad, solo dice una parte de la película, pero oculta lo que no le conviene
A ver: ¿Qué pasaría si empresas como Apple, Tesla, Google, etcétera, tuvieran que producir solamente en Estados unidos? Pues lo que pasaría es que perderían toda competitividad, lo que los llevaría directamente a la quiebra al no poder competir contra las empresas coreanas, chinas o europeas. Sin embargo, Trump dice que la culpa de todos los males de Estados Unidos es de los demás países, pero no considera que es gracias a las demás naciones del mundo que Estados Unidos, y sus empresas, pueden sobrevivir, pues explotan la mano de obra barata y cualificada de terceros países sin tener que pagar por esa capacitación y formación académica; entre esos países podemos contar a México, China, Brasil, Argentina, la India, etcétera. Así que, contrario a todo lo que vocifera Trump, la bonanza económica de Estados unidos es gracias a los demás y no a sus propios méritos.
Pero, a ver, ¿qué pasaría si el plan económico que trae Trump se cumple a como él lo quiere? Pues simplemente que todas las ventajas que les da el libre comercio, y la globalización, las perderían de la noche a la mañana y, con ello, toda bonanza económica, lo que llevaría a Estados unidos a una depresión económica profunda y a una enorme crisis social.
Así es, si Estados unidos es lo que es actualmente es gracias a todos los demás países del mundo; gracias a países sumisos y vasallos que hasta ahorita han hecho todo lo que Washington les ha ordenado. Así, tenemos que los países que componen hoy la unión europea han estado desde hace muchos años bajo las ordenes de Washington, sumisos como fieles siervos a las órdenes de su amo.
De esta manera tenemos que, si EEUU ordenaba sanciones económicas contra tal o cual país, inmediatamente la unión europea seguía el ejemplo, y ya no digamos de muchos países latinoamericanos como México, Chile, Colombia, etcétera; todos ellos sumisos como perros fieles. Pero todas esas acciones por parte de la Casa blanca, como aplicar sanciones económicas o sanciones diplomáticas, tenían (y tienen) como único objetivo mantener la hegemonía del dólar.
Así es, Washington aplica sanciones a diestra y siniestra contra todos aquellos países que se atreven a salirse de su esfera de influencia; o contra todos aquellos que se atreven a cuestionar el modelo económico dominado por el dólar y por las instituciones financieras que representa.
De esta manera tenemos que países como Rusia, Irán, Venezuela, etcétera, se han visto sometido a sanciones económicas por parte de Estados unidos y, por consiguiente, de todos sus vasallos, vasallos como la unión europea, Japón o corea del sur; sanciones que tienen como único objetivo destruir la economía de esas naciones para así acabar con la posible amenaza al sistema del dólar; sistema que ayuda a perpetuar el expolio yankee de los recursos naturales de los demás países, básicamente de los así llamados países tercermundistas, pues a cambio de sus recursos naturales les da dólares, dólares que no valen nada, que no significan nada, pero que sin embargo se mantienen vigentes gracias a la presión ejercida por Washington para que nadie se salga del sistema del dólar y los acepten como medio de pago, con lo que se perpetua el círculo vicioso y así Estados Unidos mantiene su nivel de vida y extiende el robo a los demás.
Pero, ¿qué pasaría si de repente el sistema financiero controlado por el dólar comenzara a desmoronarse?; pues simplemente que el mundo se daría cuenta que pueden vivir sin él y que solo fueron atracados en despoblado sin que se dieran cuenta.
Inmediatamente el mundo comenzaría a rechazar la moneda norteamericana y optarían por otros instrumentos de pago, como lo son el oro o las criptomonedas; claro, unas criptomonedas muy diferentes a las presentes, criptomonedas que serían emitidas y controladas por un banco central y sin consumir tanta energía para su creación como las actuales, pues si fueran como las actuales ello significaría la completa destrucción del ecosistema del planeta, pues la energía eléctrica que hoy se puede producir sería insuficiente para crear todas las monedas que serían necesarias para mantener ese esquema monetario. Esquema monetario que sustituiría por completo al dinero fiat (dinero papel, dinero fiduciario que se basa en la emisión de deuda), lo que llevaría a una depredación descontrolada de los recursos energéticos del planeta y, por consiguiente, a la destrucción de su ecosistema.
Pero otra consecuencia directa del abandono del sistema del petrodólar sería la inmediata destrucción de la economía estadounidense, pues toda su bonanza la basa en la emisión de deuda, deuda que nadie cobra por que les siguen pagando con papelitos verdes, papelitos sin ningún valor real, lo que lleva a un circulo vicioso; circulo que seguirá creciendo mientras la economía global aumente.
Pero si de repente el mundo deja de aceptar dólares como medio de pago a cambio de la deuda emitida por Estados unidos, deuda representada por la emisión de bonos soberanos del tesoro estadounidense (o lo que es lo mismo, a través de la emisión de más dólares), inmediatamente todo el sistema se derrumbará y entonces estados unidos ya no podrá emitir más deuda; lo que les llevaría a una recesión profunda de su economía y a una inmediata moratoria de pagos de la deuda externa soberana, lo que a su vez generaría un derrumbe total del dólar estadounidense, lo que llevaría a conflictos sociales sin precedentes en todo estados unidos, lo que con toda probabilidad llevaría a una balcanización del país norteamericano.
Como dato curioso, Estados Unidos no tiene reservas internacionales, es decir, no mantiene ninguna reserva monetaria pues ellos tienen la maquinita de hacer dólares, así que cuando se les acaban simplemente imprimen más pues cualquiera se los va a aceptar como medio de pago. ¿Pero qué pasaría sí nadie más aceptara más dólares?, pues simplemente que no tendrían dinero con que pagar la deuda, o dinero con que comprar productos, servicios o cualquier otra cosa. Es decir, Estados Unidos vive de prestado, esto es, de la deuda, pero la deuda no puede aumentar por siempre sin pagar las consecuencias.
Sin embargo, Trump continúa hablando pavadas afirmando que el mundo entero tiene la culpa de todos los males de Estados unidos cuando es todo lo contrario.
Pero Trump no solo se queda en acusaciones, no, él también realiza acciones, acciones orientadas a “castigar” a todos los que él considera responsables del declive estadounidense.
Así, tenemos que el presidente norteamericano ha comenzado una guerra comercial abierta y total contra sus principales rivales; pero no solo la ha emprendido contra los rivales, también la ha emprendido contra sus propios socios comerciales, socios que por décadas han servido mansamente a los intereses estadounidenses.
De esta manera tenemos que Trump no solo ha iniciado una guerra comercial contra china (principal rival comercial de EEUU), sino también contra sus principales socios, socios como lo son los otros dos integrantes del acuerdo de libre comercio de Norteamérica, es decir, contra Canadá y México; pero, así mismo, ha iniciado una guerra comercial contra la unión europea, unión europea que representa el principal soporte, aparte de arabia saudí y las monarquías del golfo pérsico, del esquema del petrodólar.
Así es, Trump ha comenzado una ofensiva comercial contra sus principales socios comerciales, socios que son los principales soportes del actual esquema financiero internacional, esquema basado en el dólar y en las instituciones financieras internacionales controladas por Washington, instituciones como lo son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Por lo tanto, podemos entender que, si Trump ataca los principales pilares del esquema financiero internacional actual, esquema sobre el cual se soporta toda la economía estadounidense, economía basada en el dinero deuda, lo lógico es que el colapso de ese esquema termine colapsando a los mismos Estados Unidos.
Pero eso no lo entiende Trump, su cabecita no le da para más; no entiende que si ataca a sus principales socios estos terminarán por salirse de ese esquema controlado por el dólar y se irán con el enemigo, esto es, con Rusia y China. Y eso es exactamente lo que está pasando: la Unión Europea le guiña el ojo a Rusia y a China y ya están hablando de abandonar el uso del dólar para sustituirlo por el Euro, Yuan o Rublo.
No olvidemos que hace escasos meses China inauguró el nuevo patrón oro (y el nuevo patrón petrolero) al lanzar los contratos de futuro de petróleo denominados en yuanes y directamente convertibles en oro en la bolsa de oro de Shanghái.
Con esta jugada maestra china ha comenzado el proceso que terminará por destruir al dólar; proceso al que ahora se quieren montar los que hasta hace solo unos días eran socios incondicionales de Washington, es decir, la unión europea.
No olvidemos que en la pasada cumbre del G7 Trump terminó por reventarla al no firmar la declaración conjunta final. Inmediatamente los líderes europeos (y Japón) hablaron de la posible disolución del grupo para sustituirlo por un G5, esto es, solamente Japón, Alemania, Francia, Italia e Inglaterra.
Así es, la unión europea ha comenzado pláticas con Moscú y Pekín para realizar todas sus transacciones comerciales solo en monedas locales, es decir, en Rublos, Yuanes o Euros.
Tampoco perdamos de vista que Rusia es uno de los principales productores de petróleo y gas a nivel global, así que sí Europa quiere abandonar definitivamente a su exsocio tendrá asegurado el suministro de materiales y recursos naturales, como el petróleo y gas, de parte de Rusia, con lo que la sentencia de muerte para el dólar habrá sido decretada. No olvidemos que ya todo el petróleo y gas que vende Rusia a china se paga solo en Yuanes o Rublos.
Otro que desde hace años había abandonado el uso del dólar es la república de Irán; Irán paga actualmente sus compras solo en euros o yuanes; es por eso que la salida de EEUU del acuerdo nuclear con Irán ha molestado tanto a la unión europea, pues el país persa es un fuerte soporte para la moneda común europea, pero EEUU quiere que sus “socios” europeos sigan su ejemplo, es decir, que aíslen comercialmente a Irán, cosa que no están dispuestos a aceptar pues tendrían muchas perdidas si lo hicieran porque tienen hechas importantes inversiones en el país persa; además, como acabo de mencionar, Irán se ha convertido en un pilar para el Euro, digamos, en un pilar para el Petroeuro.
Así que, sumado a la reciente guerra comercial lanzada por Trump contra la unión europea, se entiende por que Europa desea abandonar el orden financiero establecido por el dólar.
No olvidemos que Europa no es un actor menor, no, Europa en su conjunto tiene un producto interno bruto similar, sino que superior, al estadounidense. Además, las instituciones financieras europeas están muy desarrolladas, así que no les será difícil abandonar el sistema financiero controlado por Washington, y por su moneda, para comenzar hacer uso del propio.
Ante todos estos argumentos no queda más que aceptar que la política económica proteccionista (y equivocadamente nacionalista) de Trump va a llevar a la ruina a la economía estadounidense y se convertirá en la némesis del dólar.
Antes de que Trump se lanzara a la carrera por la presidencia estadounidense advertí que él sería el próximo presidente, pero también advertí que él sería el último presidente norteamericano, pues a consecuencia de sus malas decisiones destruiría el esquema financiero internacional controlado por el dólar, sistema que tantos años le costó a Washington crear.
Pero como entonces predije, y hoy afirmo, Trump terminará por arruinar la economía estadounidense, lo que llevará a una balcanización del país; entonces realmente Trump se convertirá en el último presidente de Estados Unidos.
Pero hay más cosas que parecen indicar que así será; ahí tenemos la novela del escritor Sinclair Lewis, autor de un curioso libro donde describe la vida de un candidato a la presidencia machista, xenófobo y populista que prometía una nueva grandeza para EEUU. El nombre de la novela se llama, “eso no puede pasar aquí”, y fue escrita 11 años antes de que Trump naciera.
Pero también hay otro escritor que hace mas de 100 años escribió una serie de curiosos libros con títulos tan sugerentes como:
“El maravilloso viaje subterráneo del barón Trump”
“El pequeño barón Trump y su maravilloso perro Bulgar”
"El Ultimo Presidente"
Estos libros hablan del maravilloso viaje de un niño llamado barón Trump a Rusia; ¿curioso? No olvidemos que a Trump se le acusa de haber recibido la ayuda de Moscú para alcanzar la presidencia de los EEUU; ayuda sin la cual su presidencia habría sido imposible.
Tampoco olvidemos que el hijo de Trump se llama precisamente Barón Trump.
El libro “el ultimo presidente” habla precisamente de ello, del ultimo presidente, y curiosamente el libro afirma que la revuelta social que acaba con Estados Unidos comienza exactamente en el mismo lugar donde hoy se levanta la torre Trump.
En fin, muchas coincidencias; pero de lo que no hay duda es que si Trump continúa por el sendero hoy iniciado sin duda se convertirá efectivamente en el último presidente de la Unión Americana.
La prensa francesa acaba de “descubrir” la razón que llevó la Yamahiriya Árabe Libia a financiar la campaña electoral que permitió a Nicolas Sarkozy convertirse en presidente de Francia en 2007. Sarkozy se había comprometido a hacer que la justicia francesa anulara la condena de cadena perpetua contra Abdala Senussi, jefe de los servicios secretos libios y yerno de Muammar el-Kadhafi.
Durante la guerra en Chad, en 1989, Senussi había organizado el atentado contra un avión de pasajeros de la compañía UTA, con un balance de 171 muertos. Sin negar los hechos, Senussi estimaba que el atentado había sido un acto de guerra entre Estados y que él no podia ser considerado penalmente responsable de una acción militar.
Según una investigación de Karl Laske y Fabrice Arfi, publicada el 21 de junio de 2018 en el sitio web Mediapart, la anulación de la condena contra Senussi fue efectivamente planteada en 2005 por el abogado de Nicolas Sarkozy y por el abogado de las víctimas del atentado –Thierry Herzog y Francis Szpiner– como queda demostrado en un documento libio.
Sin embargo, fuera de la participación de los dos abogados, la información no es nueva puesto que el periodista francés Thierry Meyssan ya había revelado esos hechos en su libro Sous nos yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump, publicado en Francia en 2017, libro que los periodistas franceses parecen no haber leído (De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las "primaveras árabes").
En todo caso, la Red Voltaire tiene informaciones que muestran que el mencionado testimonio ya estaba incluido en el expediente de instrucción sobre el financiamiento ilegal de la campaña electoral de Nicolas Sarkozy.
El hecho que la prensa francesa presente ahora hechos ya conocidos como si fuesen una “revelación” puede indicar que en realidad se trata de ocultar al público algún otro aspecto del financiamiento ilegal de la campaña de Sarkozy.
Durante todo su viaje al Levante, la canciller alemana Angela Merkel se presentó como una dirigente de buena voluntad que quiere que su país participe en la ayuda a los refugiados sirios. Pero sus interlocutores la vieron como alguien que esconde sus verdaderos objetivos tras una máscara de buenas intenciones pero que en realidad es un actor de la guerra contra Siria .
El presidente libanés Michel Aoun y la canciller alemana Angela Merkel
De visita oficial en Jordania y Líbano, la canciller alemana Angela Merkel tenía como objetivo, oficialmente, evitar la llegada de más refugiados a Europa ayudando esos países a dar respuesta a la crisis siria.
La visita de Merkel coincide con la elaboración de un plan estadounidense para desbloquear el conflicto israelo-árabe.
Acompañaba a la señora Merkel una delegación de jefes de empresas alemanas que esperan negociar contratos, principalmente para la «reconstrucción» del Líbano.
En Jordania, la canciller alemana se entrevistó con el rey Abdallah II y expresó su inquietud ante la eventual instalación del Hezbollah, aliado de Irán, en el sur del Líbano, lo cual supuestamente amenazaría simultáneamente a Israel y Jordania. Merkel desbloqueó un préstamo de 100 millones de dólares para contribuir a que Jordania pueda enfrentar su crisis económica, parcialmente imputable a la llegada al reino de 650 000 refugiados sirios, y responder a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). También parece haber apoyado el proyecto estadounidense de creación de una Nueva Jordania que abarcaría los territorios actualmente administrados por los palestinos (Cisjordania y Gaza).
La canciller alemana aprovechó la ocasión para visitar las tropas alemanas acantonadas en al-Asrak desde su retirada de Turquía.
Jordania es una monarquía autoritaria mientras que el Líbano es un Estado tricéfalo dirigido simultáneamente por el Presidente de la República (cristiano), el presidente del gobierno (musulmán sunnita) y el presidente del Parlamento (musulmán chiita).
En Beirut, la canciller Merkel se entrevistó sucesivamente con el presidente del gobierno (o primer ministro) Saad Hariri, con el presidente del Parlamento Nabih Berri y con el Presidente de la República Michel Aoun.
En su primer encuentro, Merkel subrayó la carga que constituye para el pequeño Líbano la llegada de miles de refugiados sirios y se comprometió a ayudar a estabilizar esa población y a desarrollar la economía libanesa. El primer ministro Saad Hariri agradeció a Alemania su participación en el Tribunal Especial encargado de juzgar a los autores del asesinato de su padre, Rafic Hariri. Ese órgano de imprecisos estatutos se creó inicialmente para condenar al entonces Presidente del Líbano, Emile Lahoud, y al Presidente sirio Bachar al-Assad.
Pedagogo, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, se pronunció, por su parte, por una mejor coordinación con el gobierno de la República Árabe Siria para organizar el regreso de los refugiados a ese país.
La llegada de sirios al Líbano no es comparable con su traslado a Alemania dado el hecho que el Líbano y Siria fueron históricamente un solo país, hasta la Segunda Guerra Mundial. Si hubiese que hacer algún tipo de comparación sería con la reunificación de Alemania, aunque actualmente nadie trata de reunificar la Gran Siria. En este momento hay en Líbano más de un millón de sirios, pero no todos son refugiados.
El tercer encuentro transcurrió mucho menos bien. El Presidente de la República Libanesa, Michel Aoun, resaltó la carga que los refugiados representan para su país y defendió su regreso a Siria, a las zonas ya liberadas. Pero Alemania considera que las “zonas liberadas” no son las que se hallan bajo control de las autoridades democráticamente electas por el pueblo sirio sino las que aún están en manos de «la oposición moderada», que el Presidente libanés Aoun considera yihadistas. Desde el punto de vista del Presidente Michel Aoun, cuando Berlín propone al Líbano ayuda para acoger a los sirios, lo que está haciendo es tratar de implicar su país en la política anti-siria de Alemania.
En la conferencia CEDRE, realizada durante el mes de abril en París, Alemania había prometido al Líbano una donación de 61 millones de dólares. En aquel momento surgió la misma polémica y el ministro libanés de Exteriores Gebran Bassil, yerno del Presidente Aoun, había anunciado que rechazaría ese dinero si se ponía a su país como condición el otorgamiento de la ciudadanía libanesa a ciertos refugiados.
El embajador de Alemania, Martin Huth, aseguró entonces que su país nunca había pensado obligar la República Libanesa a otorgar su ciudadanía a alguien.
Sin embargo, Angela Merkel ha hecho hincapié en que, en su opinión, los refugiados sólo podrían regresar a Siria bajo la protección de la ONU, o sea no de las autoridades democráticamente electas.
Las relaciones de Alemania con Siria, excelentes en tiempos del emperador Guillermo II, son actualmente pésimas. Desde la guerra fría, la Alemania Federal se convirtió en el trampolín de la Hermandad Musulmana para derrocar la República Árabe Siria. Desde 2012, el ministerio alemán de Exteriores y el think tank federal SWP trabajan directamente para el Estado Profundo estadounidense, a favor de la destrucción de Siria.
En enero de 2015 una marcha por la tolerancia reunía en Berlín a responsables alemanes y líderes musulmanes, después del atentado de París contra la redacción del semanario Charlie-Hebdo. En aquella marcha, la canciller Angela Merkel desfiló del brazo con Aiman Mazyek, secretario general del Consejo Central de los Musulmanes. Aunque dice haber roto sus relaciones con la Hermandad Musulmana, Mazyek protege en el seno de ese Consejo a la Milli Gorus (la organización supremacista de la que fue miembro el actual presidente turco Recep Tayyip Erdogan) y a la Hermandad Musulmana (matriz de las organizaciones yihadistas y presidida entonces por Mahmud Ezzat, quien fue el brazo derecho de Sayyed Qutb).
Históricamente, Alemania tenía excelentes relaciones con el Imperio Otomano a principios del siglo XX. El káiser Guillermo II, fascinado por el islam, facilitó la realización de búsquedas arqueológicas, principalmente en Baalbeck (actual Líbano) y participó en la construcción de las primeras líneas de ferrocarril, como la conexión ferroviaria entre Damasco (en la actual Siria) y Medina (en Arabia Saudita). El Reich y el Imperio Otomano enfrentaron juntos a los británicos cuando estos últimos organizaron la «Gran Revuelta Árabe» de 1915. Juntos perdieron la Primera Guerra Mundial y, por tanto, juntos se vieron excluidos de la región por los acuerdos Sykes-Picot-Sazonov.
En 1953, el presidente estadounidense Eisenhower recibe en la Casa Blanca una delegación de la Hermandad Musulmana encabezada por Said Ramadan. A partir de ese momento, Estados Unidos respalda el islam político en el extranjero.
Durante la guerra fría, la CIA “recicló” oficiales nazis para utilizarlos en la lucha contra la URSS. Entre esos oficiales nazis se hallaba Gerhard von Mende, quien había reclutado musulmanes soviéticos para utilizarlos contra la Unión Soviética [1]. En 1953, Gerhard von Mende, convertido en alto funcionario, instaló en Munich al jefe de la Hermandad Musulmana fuera de Egipto, Said Ramadan [2].
En 1954, la CIA instaló en Damasco al ex oficial de las SS y de la Gestapo, Alois Brunner. Considerado responsable de la deportación de 130 000 judíos, Alois Brunner había recibido de la CIA la misión de impedir que el gobierno del entonces presidente sirio Chukri al-Kuwatli se implicara en una alianza con los soviéticos.
Durante aquel mismo periodo, la CIA envía oficiales nazis –bajo diferentes coberturas– a casi todas las regiones del mundo para luchar contra las fuerzas políticas afines a los soviéticos. Por ejemplo, Otto Skorzeny –el oficial nazi al que el propio Hitler había confiado el rescate de Mussolini, en julio de 1943– fue enviado por la CIA a Egipto, Fazlollah Zahedi –militar iraní arrestado por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial debido a su simpatía hacia la Alemania nazi– era enviado a su país de origen y Alois Brunner [3] a Siria. Estos 3 personajes organizan los servicios secretos de los países donde habían sido enviados siguiendo el modelo de la Gestapo. Brunner es expulsado en el año 2000 por el actual presidente sirio Bachar al-Assad.
Durante el periodo que va desde la revolución iraní del ayatola Khomeiny hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001, la República Federal de Alemania se muestra prudente hacia la Hermandad Musulmana. Sin embargo, a pedido de la CIA y dado el hecho que Siria había reconocido la República Democrática Alemana, la RFA acepta ofrecer asilo político a los golpistas que habían intentado derrocar al entonces presidente sirio Hafez al-Assad. Entre esos elementos se hallaba el antiguo Guía Supremo de la Hermandad Musulmana en Siria, Issam al-Attar, hermano de la actual vicepresidente siria Najah al-Attar.
En los años 1990, la Hermandad Musulmana se reorganiza en Alemania con ayuda de dos hombres de negocios, el sirio Ali Ghaleb Himmat y el egipcio Yussef Nada, a los que Washington acusará posteriormente de financiar a Osama ben Laden.
Durante muchos años, el universitario alemán Volker Perthes participó, del lado de la CIA, en la preparación de la guerra contra Siria. Perthes dirige el think tank más poderoso de Europa, el Stiftung Wissenschaft und Politik (SWP), y asiste a las negociaciones de Ginebra en nombre de la ONU.
Cuando Estados Unidos inicia la «guerra sin fin» en el «Medio Oriente ampliado», la CIA empuja Alemania –ya reunificada– a abrir un «Diálogo con el Mundo Musulmán». En Berlín, el ministerio alemán de Exteriores se apoya para eso principalmente en el nuevo jefe local de la Hermandad Musulmana, Ibrahim al-Zayat, y en un experto, Volker Perthes. Este último se convertirá en director del think tank de Alemania: la Fundación por la Ciencia y la Política (SWP).
En nombre de la ONU, el fiscal alemán Detlev Mehlis acusó a los presidentes del Líbano, Emile Lahoud, y de Siria, Bachar al-Assad, de haber ordenado el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri. La investigación de Mehlis se basaba en testimonios falsos que, al ser desmentidos, lo obligaron a dimitir.
En 2005, Alemania participa en el asesinato de Rafic Hariri proporcionando el arma que sería utilizada para cometer el crimen –por supuesto, no se trata de un explosivo clásico, a pesar de lo que afirma la propaganda del «Tribunal» Especial [4]. Después de aportar el arma del crimen, Alemania pone el jefe de la Misión Investigadora de la ONU, el ex fiscal Detlev Mehlis [5], y también su segundo, el ex policía Gerhard Lehmann, un comisario implicado en el escándalo de las cárceles secretas de la CIA.
En 2008, mientras la CIA prepara la supuesta «guerra civil» siria, la OTAN invita a Volker Perthes a participar en la reunión anual del Grupo de Bilderberg. Perthes participa en el encuentro acompañado de una siria que trabaja para la CIA, Bassma Kodmani. Juntos explican a los demás participantes todas las ventajas que Occidente puede obtener derrocando la República Árabe Siria y poniendo en el poder a la Hermandad Musulmana.
En 2011, habiendo adoptado el doble discurso de la Hermandad Musulmana, Volker Perthes escribe en el New York Times una tribuna donde trata de ridiculizar al presidente Bachar al-Assad, quien denuncia un «complot» contra Siria [6]. En octubre del mismo año, Volker Perthes participa en una reunión de los jefes de empresa turcos. En esa reunión, organizada por la agencia estadounidense de inteligencia privada Stratfor, Perthes comunica a sus interlocutores la importancia de los recursos petrolíferos y gasíferos que tendrán la posibilidad de robarse en Siria [7].
Clemens von Goetze (director del Departamento III del ministerio alemán de Exteriores) y Anwar Mohammad Gargash (ministro de Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos), durante la reunión del Grupo de Trabajo a cargo de “repartir” la economía siria, encuentro realizado en Abu Dhabi.
Ampliando ese trabajo, Alemania organizó en Abu Dhabi una reunión de los «Amigos de Siria», bajo la presidencia de Clemens von Goetze. Este diplomático alemán repartió entre los participantes concesiones para la explotación de los recursos de Siria que quedarían a la disposición de los vencedores cuando la OTAN derrocara la República Árabe Siria [8].
A mediados de 2012, el Departamento de Defensa de Estados Unidos encarga a Volker Perthes la preparación de las medidas que habría que tomar en Siria después de haber derrocado la República, o sea la formación del gobierno que los agresores impondrían al pueblo sirio. Perthes organiza, en el ministerio alemán de Exteriores, una serie de reuniones con la participación de 45 personalidades sirias, como la ya mencionada Bassma Kodmani y Radwan Ziadeh, miembro de la Hermandad Musulmana llegado especialmente desde Washington [9]. En definitiva, Perthes acaba convirtiéndose en uno de los consejeros del estadounidense Jeffrey Feltman, el número 2 de la jerarquía de la ONU. De esa manera, Perthes participa a todas las negociaciones de Ginebra sobre Siria.
Las posiciones del ministerio de Exteriores de Alemania son repetidas, palabra por palabra, por el Servicio Europeo para la Acción Exterior creado por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Ese servicio de la Unión Europea, bajo la dirección de un alto funcionario francés, se dedica a redactar notas confidenciales sobre Siria para los jefes de Estados y de gobierno de los países miembros de la UE.
En 2015, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, convertido este último en protector mundial de la Hermandad Musulmana, organizan el movimiento de más de un millón de personas hacia Alemania [10], a pedido de los patrones de la industria alemana. Muchos de esos migrantes son sirios que Turquía ya no quiere mantener en suelo turco pero cuyo regreso a Siria Alemania quiere evitar.
La canciller Angela Merkel viaja esta semana al Líbano y Jordania para abordar el tema de Siria.
[2] A Mosque in Munich, Ian Johnson, Houghton Mifflin Harcourt, 2011.
[3] Alois Brunner es considerado responsable de la deportación y asesinato de 130 000 personas en Austria, Francia, Grecia y Eslovaquia. En 2001, Francia lo condenó en ausencia a cadena perpetua por su responsabilidad en la muerte de 345 niños judíos franceses en los campos de concentración.
[4] «Revelaciones sobre el asesinato de Rafic Hariri», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 29 de noviembre de 2010.
[5] «El descrédito de la Comisión Mehlis», por Talaat Ramih, Red Voltaire, 16 de diciembre de 2005.
[6] “Is Assad Capable of Reform?”, Volker Perthes, The New York Times, 30 de marzo de 2011.
[7] «Küresel Enerji Stratejileri Simülasyonu: Türkiye’nin Gelecek 10 Yılı», Tusaid, 6 de octubre de 2011.
[8] «Los “Amigos de Siria” se reparten la economía siria antes de haber conquistado el país», por German Foreign Policy, Horizons et débats (Suiza), Red Voltaire, 14 de junio de 2012.
[9] The Day After Project, agosto de 2012. The Day After. Supporting a Democratic Transition in Syria, United States Institute of Peace & Stiftung Wissenschaft und Politik, agosto de 2012.
[10] Turquía tomó el lugar de Arabia Saudita cuando el reino de los Saud abandonó a la Hermandad Musulmana, después del discurso que Donald Trump en Riad pronunció en Riad, el 21 de mayo de 2017.
Los electores estadounidenses optaron por Donald Trump porque aspiraban a un cambio de paradigma y, ya en la Casa Blanca, Trump sigue sorprendiendo a quienes lo consideran una especie de desquiciado. Pero Trump no está haciendo otra cosa que aplicar las ideas que ya había desarrollado durante su campaña electoral, inscribiéndose así en una tradición política profundamente enraizada en la historia estadounidense, aunque fue ignorada por mucho tiempo. Haciendo abstracción de su particular manera de comunicarse con la opinión, Thierry Meyssan se concentra en los actos de Donald Trump en relación con sus compromisos.
Durante la campaña electoral que precedió la elección presidencial estadounidense mostramos que la rivalidad entre Hillary Clinton y Donald Trump no tenía tanto que ver con sus estilos respectivos como con la cultura particular de cada uno de los dos candidatos [1]. Donald Trump, recién llegado a la política, cuestionaba la dominación puritana sobre Estados Unidos y reclamaba el regreso al compromiso original de 1789 –inscrito en la Carta de Derechos (The Bill of Rights)– entre los revolucionarios que luchaban contra el rey Jorge y los grandes terratenientes de las Trece Colonias.
Pero Donald Trump no era tan neófito en materia de política: en 2001, ya había manifestado claramente su oposición al sistema el día mismo de los atentados del 11 de septiembre [2] y, posteriormente, con su polémica sobre el lugar de nacimiento del presidente Barack Obama.
En aquel momento tampoco interpretábamos la fortuna personal de Donald Trump como una señal de que actuaría obligatoriamente al servicio de los más ricos sino como prueba de que defendería el capitalismo productivo contra el capitalismo especulativo.
En materia de política exterior subrayábamos que los presidentes George W. Bush y Barack Obama habían iniciado guerras en Afganistán, Irak, Libia y Siria, en aplicación de la estrategia del almirante Cebrowski tendiente a destruir las estructuras de los Estados en todos los países del «Medio Oriente ampliado» (o «Gran Medio Oriente») [3], mientras que, en el plano interno, habían suspendido la aplicación de la mencionada Carta de Derechos y que todo eso había empeorado la situación de los «blancos pobres».
Donald Trump, por el contrario, denunciaba constantemente el Imperio estadounidense y anunciaba el regreso a los principios republicanos, señalando como referencia a Andrew Jackson (presidente de Estados Unidos de 1829 a 1837) [4], y obteniendo así el aval de los ex colaboradores de Richard Nixon (1969-1974) [5].
En materia de política interna, Trump sintetizaba su pensamiento en el eslogan «Make America Great Again», o sea apostando por dejar de lado la quimera imperial para volver al «sueño americano» de enriquecimiento personal. Y su política exterior la expresaba con el eslogan «America First», que nosotros no interpretábamos en el sentido que se le dio durante la Segunda Guerra Mundial sino con su sentido original. En resumen, no veíamos en Donald Trump un neonazi sino un político que se negaba a mantener su país al servicio de las élites transnacionales.
Más sorprendente aún, nos parecía imposible que Trump lograra llegar a un acuerdo cultural con la minoría de origen mexicano y pronosticábamos que facilitaría a largo plazo una especie de divorcio por consentimiento mutuo a través de la independencia de California (CalExit) [6].
No obstante, nuestra lectura de los objetivos de Donald Trump y de su método dejaba abierta la cuestión sobre las posibilidades reales que un presidente estadounidense puede tener para modificar la estrategia militar de su país [7].
Durante 2 años, nuestros artículos han ido contra la corriente de la totalidad de los comentaristas, y hemos sido clasificados como partidarios de Donald Trump, lo cual es una interpretación errónea del sentido de nuestro trabajo. No somos electores estadounidenses y, por ende, no apoyamos a ningún candidato a la Casa Blanca. Somos analistas políticos y sólo tratamos de comprender los hechos y anticipar sus consecuencias.
¿Cuál es la situación en este momento?
Tenemos que concentrarnos en los hechos y hacer abstracción de todo lo que Trump dice.
Tenemos que distinguir los resultados de los actos de Donald Trump de lo que constituye la continuidad de sus predecesores así como lo que tiene que ver con la tendencia del momento preciso.
En el plano interno
Donald Trump apoyó una manifestación de los supremacistas blancos en Charlottesville y el derecho a portar armas, incluso después de la matanza de Parkland. Esas posiciones han sido interpretadas como un respaldo a la extrema derecha y a la violencia. En realidad, para Trump se trataba de defender la versión estadounidense de los «derechos humanos», la que se enuncia en la Bill of Rights.
Por supuesto, es válido enumerar las duras críticas contra la definición estadounidense de los «derechos humanos», que nosotros mismos criticamos constantemente, pero ese es otro debate.
A falta de los medios necesarios, está lejos de terminarse la construcción –iniciada por los predecesores de Trump– del muro en la frontera con México. Es pronto aún para sacar conclusiones al respecto. No ha tenido lugar el enfrentamiento con el sector de los inmigrantes hispanoamericanos que rechazan hablar inglés e integrarse al compromiso de 1789. Donald Trump se ha limitado a suprimir el servicio de comunicación pública de la Casa Blanca en lengua hispana.
En el sector del medioambiente, Donald Trump rechazó el Acuerdo de París, no porque no le importe la ecología sino porque ese acuerdo impone un arreglo financiero que sólo beneficia a los responsables de las bolsas creadas para la compra-venta de derechos de emisión de gases de efecto invernadero [8].
En el plano económico, Donald Trump no ha logrado imponer su revolución, que consistía en favorecer la exportación y gravar la importación. Pero sacó a Estados Unidos de los tratados de libre comercio que aún no estaban ratificados, como el Acuerdo de Asociación Transpacífica. Su Border Adjustment Tax fue modificada por el Congreso y ahora está tratando de evadir la oposición de los parlamentarios y de instaurar gravámenes prohibitivos a la importación de ciertos productos, sorprendiendo con ello a los aliados de Estados Unidos y provocando la cólera de China [9].
Al mismo tiempo, Donald Trump encuentra dificultades para iniciar su programa rooseveltiano de construcción y reacondicionamiento de infraestructuras –hasta el momento sólo ha encontrado un 15% del financiamiento. Y tampoco ha iniciado aún su programa de utilización de cerebros extranjeros para mejorar la industria estadounidense, a pesar de tratarse de un tema recogido en su Estrategia de Seguridad Nacional [10].
Sin embargo, lo poco que ya ha podido hacer ha bastado para reactivar la producción y el empleo en su país.
En el plano exterior
En su intento de renunciar al Imperio estadounidense, Trump había anunciado su intención de poner fin al apoyo de Estados Unidos a los yihadistas, disolver la OTAN, abandonar la estrategia del almirante Cebrowski y traer de regreso las tropas estadounidenses que ocupan varios países. Es claramente mucho más difícil reformar el más extenso de los entes federales –las fuerzas armadas de Estados Unidos– que modificar por decreto las reglas económicas y financieras.
El presidente Trump priorizó poner personas de confianza a la cabeza del Departamento de Defensa y de la CIA, para evitar todo intento de rebelión. Reformó el Consejo de Seguridad Nacional restringiendo el papel del Pentágono y el de la CIA [11]. Y de inmediato puso fin a las «revoluciones de colores» y a otras formas de golpes de Estado utilizadas por sus predecesores.
Luego convenció a los países árabes, como Arabia Saudita, para que pusieran fin a su apoyo a los yihadistas [12]. Los resultados de esa decision no tardaron en aparecer con la caída del Emirato Islámico (Daesh) en Irak y en Siria.
Al mismo tiempo, Trump postergó la disolución de la OTAN y se limitó a agregarle una función antiterrorista [13]. Mientras tanto, en el contexto de la campaña británica contra Moscú, la OTAN desarrolla su dispositivo anti-ruso [14].
Si Donald Trump ha conservado la OTAN ha sido sólo para mantener bajo control a los vasallos de Estados Unidos. Y al mismo tiempo acaba de desacreditar deliberadamente al G7, poniendo con ello a sus desorientados líderes ante sus propias responsabilidades.
Para interrumpir la aplicación de la estrategia de Cebrowski en el «Medio Oriente ampliado», Trump está preparando una reorganización de esa región alrededor de la salida de Estados Unidos de los acuerdos con Irán (o sea el acuerdo llamado 5+1, o JCPOA, y el acuerdo bilateral secreto entre Washington y Teherán) y de su plan para el arreglo de la cuestión palestina. Si bien ese proyecto –que Francia y el Reino Unido ya tratan de sabotear– tiene pocas posibilidades de instaurar una paz regional, al menos permite paralizar las iniciativas del Pentágono. Pero los oficiales superiores preparan ahora la aplicación de la estrategia Cebrowski en la «cuenca del Caribe».
La iniciativa tendiente a resolver el conflicto en la península de Corea, último vestigio de los tiempos de la guerra fría, debería permitir a Trump poner nuevamente en tela de juicio la razón de ser de la OTAN ya que si los países europeos se hicieron miembros de ese bloque militar fue, supuestamente, para evitar en Europa una situación comparable a la guerra de Corea.
A fin de cuentas, las fuerzas armadas estadounidenses ya no serían utilizadas para aplastar pequeños países sino única y exclusivamente para aislar a Rusia y para impedir que China pueda desarrollar sus «Rutas de la Seda».
En este periodo de cambios acelerados en las posiciones internacionales, es importante no dejarse cegar por tal o mas cual elemento y mantener una visión de conjunto de todo lo que va aconteciendo. Observando simultáneamente lo que sucede en el G7, la OTAN y la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), el geógrafo italiano Manlio Dinucci muestra la dirección que han escogido las potencias occidentales.
Reunidos en Bruselas, el 8 de junio de 2018, los miembros de la OTAN se dotaban de nuevos medios para contrarrestar el desarrollo de Rusia. Mientras el general francés Denis Mercier y el secretario de Defensa estadounidense James Mattis (en la foto) se saludaban en Bruselas con este apretón de manos, en Quebec los líderes del G7 protagonizaban una riña sobre aranceles.
Mientras el G7 parece a punto de estallar por cuestiones de derechos de aduana, las mismas potencias occidentales que reñían en Quebec cerraban filas en Bruselas reforzando la OTAN y su red de asociados.
La proposición táctica de Donald Trump de reinstaurar el G8 –incorporando a Rusia en un G7+1… y separándola de China– fue rechazada por los líderes europeos y por la propia Unión Europea, que temen verse traicionados más tarde por algún tipo de arreglo de Washington con Moscú. El único que aprobó inicialmente la proposición fue el nuevo primer ministro italiano, a quien Trump calificó enseguida de «buen muchacho», antes de invitarlo a la Casa Blanca.
No obstanto, se mantiene una estrategia común. Así lo confirman las últimas decisiones de la OTAN, cuyos principales miembros son precisamente Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, además de tener al Japón como «asociado», o sea que cuenta con todas las potencias del G7.
La reunión de los 29 ministros de Defensa de la OTAN (Italia estuvo representada por Elisabetta Trenta, del Movimiento 5 Estrellas) decidió por unimidad, el 7 de junio, reforzar la estructura de mando, en función anti-rusa, aumentando su personal en más de 1 200 unidades; constituir un nuevo Mando Conjunto para el Atlántico, en Norfolk (Estados Unidos), contra «los submarinos rusos que amenazan las líneas marítimas de comunicación entre Estados Unidos y Europa»; crear un nuevo Mando Logístico, en Ulm (Alemania), como «disuasión» contra Rusia, con la misión de «desplazar más rápidamente las tropas a través de Europa ante cualquier conflicto».
La «movilidad militar» es tema central de la cooperación entre la OTAN y la Unión Europea y se verá fortalecida en julio por un nuevo acuerdo. De aquí al 2020, la OTAN dispondrá en Europa de 30 batallones mecanizados, 30 escuadrillas aéreas y 30 navíos de combate, que podrán desplegarse contra Rusia en 30 días o menos. Es para eso que, a pedido de Estados Unidos, los miembros europeos de la OTAN y Canadá han incrementado sus gastos militares en 87 000 millones de dólares desde 2014 y se comprometen a seguir elevándolos. Alemania los elevará en 2019 a un promedio de 114 millones de euros diarios y prevé aumentarlos en un 80% de aquí al 2024.
Mientras riñen sobre derechos de aduana con Estados Unidos en la cumbre del G7, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá e Italia participan en Europa –bajo las órdenes de Estados Unidos y del 3 al 15 de junio– en el ejercicio militar Saber Strike, que se desarrolla con el despliegue de 18 soldados de 19 países en Polonia y en el Báltico, peligrosamente cerca del territorio ruso. Esos mismos países y Japón, entre ellos los otros seis miembros del G7, participarán además en el Pacífico, también bajo las órdenes de Estados Unidos en el ejercicio naval más grande del mundo, RIMPAC 2018, que apunta directamente a China.
Por primera vez participan en esos ensayos de guerra, desde Europa hasta el Pacífico, fuerzas militares israelíes. Las potencias occidentales, incluso divididas por conflictos de intereses, constituyen un frente común para conservar a cualquier precio –aunque ese precio sea la guerra, lo cual parece cada vez más probable– el dominio imperial sobre el mundo, dominio actualmente en peligro debido al ascenso de nuevos actores.
Y mientras que los países del G7 reñían en Canadá sobre la cuestión de los derechos de aduana, en Pekín, China y Rusia se planteaban nuevos acuerdos económicos. China es el primer socio comercial de Rusia, que es a su vez el más importante proveedor energético de China. Los intercambios entre esos dos países aumentarán hasta unos 100 000 millones de dólares. China y Rusia cooperan para desarrollar la «Nueva Ruta de la Seda» a través de 70 países de Asia, Europa y África. Ese proyecto –que, para el presidente chino Xi Jinping contribuye a «un orden mundial multipolar y a relaciones internacionales más democráticas»– encuentra la oposición común de Estados Unidos y la Unión Europea: 27 de los 28 embajadores de la Unión Europea afirman que ese proyecto viola el libre comercio y trata de dividir Europa.
No es el G7 el que está crisis sino el orden mundial unipolar impuesto por Occidente.
A pesar de lo que todos creen fuera de España, la caída del gobierno de Mariano Rajoy no es consecuencia de su política sino de la corrupción generalizada de su partido. El Reino de España se halla hoy en la situación que Italia y Francia vivieron en los años 1990. Una vez más, los hechos contradicen la retórica occidental demostrando que la corrupción no es un mal típico de las ex colonias sino de las antiguas potencias coloniales.
José María Aznar (primer ministro de España de 1996 a 2004) y Mariano Rajoy (en el cargo desde 2011) son responsables de la generalización de la corrupción en el reino y de la extensión de ese mal en sus ex colonias.
Antecedentes: Llevo 11 años analizando la legendaria megacorrupción del Partido Popular español (PP) y sus premiados blanqueadores literarios, tanto en España como en sus ex colonias de Latinoamérica.
El neoliberalismo del PP español, en la fase aciaga del fiscalista José María Aznar, estuvo íntimamente vinculado a Israel, con el Partido Likud, y al binomio Texas-Florida, con el Partido Republicano de los Bush [1].
Rodrigo Rato, segundo de a bordo del PP bajo Aznar, huyó del «Titanic financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI)» [2] que expuso sus vínculos delincuenciales con el Banco Santander. Más tarde, Rodrigo Rato, ya ex director del FMI, fue «enjuiciado por lavado» de dinero [3].
La aznarización de la petrolera-gasera Repsol provocó un «desastre en Sudamérica» y una «ganga en México» [4], a lo cual siguió el «colapso inmobiliario aznarista» [5].
El neoliberalismo trasnacional español incubó el «derrumbe delictivo de Antonio Solá, estratega del PP» [6].
Como cereza del putrefacto pastel, «los “papeles de Panamá” de Vargas Llosa, gran aliado literario del PP», expusieron el blanqueo neoliberal imperfecto en los paraísos fiscales [7], sin contar los escandalosos y dolosos «Paradise Papers» [8].
Hechos: Por primera vez en la historia de España, Mariano Rajoy fue defenestrado por una moción de censura presentada al Parlamento por su rival, Pedro Sánchez, quien con sólo 84 escaños del total de 350 consiguió atraer los votos de los nacionalistas vascos y los separatistas catalanes.
Pedro Sánchez –madrileño y economista proeuropeo de 46 años, que promete mejorar las relaciones con Cataluña y quitar las trabas sociales de Rajoy– fue entronizado apretadamente como nuevo jefe del gobierno español con 188 votos a favor, 169 en contra y una abstención, lo cual presagia un frágil gobierno de corta duración y elecciones adelantadas.
La noticia no es que cayera Rajoy –abogado «registrador catastral» de 63 años y uno de los políticos de mayor duración en Europa– ni que saliera mancillado su PP, que opera más bien como un cártel financierista, sino que tardó demasiado en sucumbir.
La basura ya no cabía debajo del tapete de lujo y había desbordado el edificio entero. Ya no cabían los putrefactos cadáveres en el clóset del fétido edificio del PP, convertido en un cementerio nacional.
Quizá la mejor frase que profirió en su vida el Rajoy jefe de gobierno haya sido que «entregar el petróleo a extranjeros es de un país de quinta categoría» [9], lo cual no aplicó al colonizado “México neoliberal itamita” [10].
La gota que derramó su alberca de megacorrupción fue el «caso Gürtel» que, según la BBC, «es la mayor trama de corrupción de la España democrática» con su «red de empresas que conseguían contratos de todo tipo de administraciones gobernadas por el PP en diversas partes de España», a cambio de «sobornos para los cargos públicos responsables de decidir sobre esos contratos, que incluso servían para financiar actos de campaña y otras gestiones», de acuerdo a la justicia española [11].
El portal Plural expone la serie de «muertes (ya van 6 hasta ayer [sábado 2 de junio]), suicidios y accidentes» derivados del caso Gürtel [12], traducción en alemán del apellido Correa, del empresario Francisco, y cuya investigación fue iniciada por la Fiscalía Anticorrupción. The New York Times comenta que Rajoy fue decapitado, no por su incapacidad para resolver el conflicto catalán, sino por un «añejo problema que ha plagado la política española: la corrupción».
Así las cosas, el PP «se convirtió en el primer grupo político español en ser sentenciado por operar fondos de soborno (slush funds)», lo cual obliga a Luis Bárcenas, anterior tesorero de Rajoy, a pagar una multa y a su encarcelamiento por 33 años.
El «caso Bárcenas», derivación del caso Gürtel, quien contaba con una contabilidad subterránea (sin declarar) del PP con recepción de donativos ilegales de constructoras (sic) y entrega de dinero negro a los dirigentes.
Según el New York Times, «la Corte Nacional de España sentenció a otros 28 empresarios y políticos con más de 300 años de cárcel en sentencias combinadas por haberse beneficiado de un esquema de sobornos a cambio de contratos» [13].
De proclividad eurófoba debido a sus nexos con el euro-nihilista George Soros, el New York Times da vuelo al «caos» en el «corazón europeo» cuando la asunción de Pedro Sánchez se gestaba «el mismo día del retorno del nuevo gobierno antiestablishment en Italia, mientras Gran Bretaña abandona la Unión Europea, Polonia y Hungría ceden terreno en materia de democracia y Estados Unidos libra una guerra comercial contra sus aliados europeos».
A diferencia de Italia [14], hasta ahora en España –de sus 4 partidos principales (PP, Ciudadanos, PSOE y Podemos) que liquidaron su bipartidismo tradicional– nadie pone en tela de juicio su permanencia en la eurozona, donde es la cuarta economía, ni tampoco existe patente xenofobia contra la migración.
Conclusión: Solía decir Suetonio que «la corrupción de los mejores es lo peor». ¿A qué equivaldrá, entonces, la corrupción de los peores y su kakistocracia?
Existe un proverbio árabe sobre quienes vociferan contra la corrupción desde su propia inmoralidad: «quien tenga la casa de vidrio no debe arrojar piedras». Y es ese el caso del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), hoy sucesor del mefítico PP.
El portal Libremercado expone la «hipocresía» del nuevo jefe de gobierno Pedro Sánchez cuando el «PSOE acumula cientos de casos de corrupción» [15].
En la corrupción del PSOE, partido travesti neoliberal, también también están implicados el ex jefe de gobierno Felipe González (¡durante 14 años!) [16] y a Rodríguez Zapatero.
Es tan desvergonzado Felipe González que llega a pretender que la corrupción en España es «un descuido generalizado» [17]. ¡Pues se pasan de descuidados! ¿Y quién será el capacitado para velar por los fondos públicos y no pervertir las instituciones?
Debido a los vasos comunicantes de los libres flujos de capitales del modelo neoliberal financierista y a la desregulación en sus paraísos fiscales piratas, la metastásica megacorrupción española impacta a sus viejas colonias en Latinoamérica, como es el caso específico del “México neoliberal itamita”: desde sus trasnacionales bancarias, como el Banco Santander [18] con su literato fascista [19] de Televisa en su seno [20], constructoras como la pestilente OHL [21], Repsol (donde presuntamente se despachó con la cuchara grande [el ex presidente mexicano] Felipe Calderón), Telefónica (donde operó el filosionista Chicago Boy Francisco Gil Díaz) etcétera.
Lo peor de todo, en medio de la contagiosa epidemia transnacional de megacorrupción proveniente de España, es que sus políticos y sus aliados «literarios» en Latinoamérica todavía se atreven a querer dar lecciones de moral a sus ex colonias.