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Parece que el presidente sirio Bashar al Assad, quizás no está tan protegido por Rusia como podría parecer.
Según informa la web Zerohedge, la Casa Blanca no parece posicionarse
de forma firme acerca de las razones que podrían impulsar a Trump a
ordenar un nuevo ataque contra el régimen de Assad.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer advirtió el
lunes por la tarde que el uso de armas químicas o el uso de bombas de
barril, literalmente, podrían provocar un nuevo ataque norteamericano…
PREGUNTA DEL PERIODISTA:
¿La guerra química es la línea roja que ha impuesto la Casa Blanca? ¿Es
suficiente un acto de guerra convencional para que el presidente vuelva
a ordenar un ataque? SPICER: Creo que el presidente ha sido muy claro al
afirmar que hay varias líneas que se cruzaron la semana pasada. La
respuesta es que si muere un bebé, si se arrojan bombas de barril sobre
personas inocentes, creo que veremos una respuesta del presidente. Todo
eso es inaceptable.
Así pues, parece que las líneas rojas podrían relacionarse no solo
con el posible uso futuro de armas químicas o bombas incendiarias de
fósforo blanco, sino que según su portavoz, la Casa Blanca también
podría considerar las bombas de barril como un catalizador para una
nueva intervención militar. Lo peor del asunto, es que las bombas de
barril, o los cilindros llenos de explosivos y metralla, están entre las
armas más usadas por ambos bandos en la guerra de Siria, lo que
multiplica el potencial de falsas banderas para intervenciones futuras.
Por su parte, el gobierno turco sigue acusando al Gobierno de Siria
de tener todavía armas químicas, según ha declarado el canciller de
Turquía, Mevlut Cavusoglu.
Según Cavusoglu, el Gobierno sirio no se deshizo del todo el material
químico o recibió nuevas armas químicas de organizaciones terroristas o
Estados que apoyan el régimen de Asad.
Por lo tanto, la amenaza de una nueva operación de falsa bandera y un
nuevo ataque con armas químicas en Siria, sigue en pie, para ser
utilizada como pretexto en cualquier momento.
Y es ante este hecho, donde debemos mirar atentamente a Rusia y
conocer cómo va a actuar ante un posible nuevo ataque norteamericano que
como vemos, puede producirse casi por cualquier razón, puesto que la
nueva administración tiene la “virtud” de ir mutando su discurso de
forma continua, con el subsiguiente movimiento de las “líneas rojas” que
vaya imponiendo.
Pues bien, parece que Rusia no está especialmente dispuesta a defender a su aliado ante cualquier circunstancia.
Según afirma el vicepresidente primero del Comité Internacional del
Senado ruso, Vladímir Yabárov, Rusia no tiene la intención de emplear
sus Fuerzas Aéreas contra los misiles de EEUU si Washington emprende
nuevos ataques de misiles contra Siria.
El 10 de abril el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, no
descartó nuevas acciones militares contra las fuerzas del Gobierno sirio
en el caso de que se repitan ataques químicos contra los civiles.
Cuando Yabárov fue preguntado por si las Fuerzas Aeroespaciales rusas
prestarán apoyo a las fuerzas sirias para evitar que misiles
estadounidenses alcancen el territorio del país árabe, respondió que, “No, no lo vamos a hacer. Rusia no debe dejar que la enreden
en una confrontación armada, pues ello entraña una guerra a gran
escala”.
Por su parte, el subjefe del Comité parlamentario de Defensa, Yuri
Shvitkin, sostiene que Rusia sí responderá de inmediato si resultan
atacadas las unidades rusas en territorio sirio. “Si existe una amenaza a nuestras unidades, entonces el
presidente de EEUU, Donald Trump y sus semejantes, deben estar
conscientes de cuáles pueden ser las consecuencias, en este caso no
habrán palabras sino acciones reales”.
Al respecto, resultan especialmente “sospechosas” las declaraciones provenientes de la premier británica, Theresa May.
Según dijo una portavoz de la oficina de May, la primer ministra y el
presidente norteamericano Trump, convinieron que existe una oportunidad
de persuadir a Rusia de que su alianza con el presidente sirio Bashar
Al-Asad ya no es un interés estratégico para Rusia.
Los dos líderes han hablado sobre la visita del secretario de Estado
estadounidense Rex Tillerson a Moscú, que, de acuerdo con ambos, ayudará
a “avanzar” en la resolución de la situación en Siria.
Es decir, tanto EEUU como el Reino Unido, parecen estar convencidos
de que podrán ofrecer algún tipo de “negocio” a Rusia, que le convenga
más que seguir apoyando a su aliado Assad (y a Irán).
Y como se ha revelado en las últimas horas, EEUU y Reino Unido podrían
conseguir que Rusia se retirara de Siria, ofreciéndole a cambio a Rusia
la posibilidad de reincorporarse al G-7, del que fue expulsada en 2014
(cuando con Rusia era G-8), por su “ocupación” de Crimea.
Al respecto, resulta especialmente revelador que, como se ha
informado en las últimas horas, los países del G7 no hayan logrado un
acuerdo con respecto a las sanciones contra Rusia por su apoyo a Assad.
¿Es un gesto, una mano tendida?
Como dice Sputnik, “El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean Marc
Ayrault, informó que en el encuentro de cancilleres del Grupo de los
Siete (G7) en Lucca, Italia, los representantes de los países no
alcanzaron un acuerdo con respecto a las sanciones contra Rusia y Siria. Además, los representantes no discutieron la posibilidad de aumentar las sanciones contra Moscú. Ayrault, sin embargo, informó que los países del G7 están de
acuerdo en que el presidente de Siria, Bashar Asad, no puede ser parte
del futuro del país árabe”.
Es decir, la gente del G-7 ni tan solo discute la posibilidad de
sancionar a Rusia, como se había filtrado con anterioridad a los
medios…pero sí hablan de echar de Siria a su aliado Assad.
Así pues, ante todos estos hechos, ¿existe la posibilidad de que
Putin traicione de alguna manera a Assad y le retire su apoyo, quizás
para evitar una escalada del conflicto, a cambio de normalizar sus
relaciones en el ámbito internacional?
Posiblemente, la respuesta no la obtengamos de forma inmediata y
deberemos esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los
próximos meses para juzgar el auténtico grado de apoyo de Rusia a su
aliado.
Sin embargo, la posibilidad ya está encima de la mesa.
Según vemos en Sputnik, el senador ruso Alexéi Pushkov cree que, si
Rusia se niega a apoyar al presidente sirio, Bashar Asad, esto
significará la victoria definitiva de las organizaciones terroristas
Frente Fatah al Sham y Daesh. Así lo expresó en su cuenta de Twitter.
Por lo tanto, la posibilidad está ahí y eso nos lleva a preguntarnos: ¿Venderá Putin a Assad? NOTA ADICIONAL IMPORTANTE:
Después de publicar este artículo, el mismísmo Vladimir Putin, según
diversas fuentes, (entre ellas RT), ha alertado sobre posibles “provocaciones con armas químicas” en otras zonas de Siria.
En una rueda de prensa tras reunirse con el presidente italiano,
Sergio Mattarella, Putin ha revelado que dispone de información según la
cual “provocaciones” como el incidente con armas químicas de Idlib están siendo preparadas en otras partes de Siria, entre ellas Damasco.
Putin ha comparado la situación actual en Siria con los
acontecimientos de 2003, cuando después de su discurso en el Consejo de
Seguridad de la ONU EE.UU. lanzó una campaña militar en Irak que tuvo como consecuencia “la destrucción del país, el aumento de la amenaza terrorista y la aparición del Estado Islámico en la escena internacional”.
Paralelamente, según explicó el jefe de la Dirección de Operaciones
del Estado Mayor ruso, Serguéi Rudskói, los terroristas estarían
llevando sustancias tóxicas a varias regiones de Siria para provocar
nuevos ataques de EEUU.
“Disponemos de información que apunta a que los terroristas,
actualmente, están llevando sustancias tóxicas a las áreas de Jan
Sheijun, al aeródromo de Jira, a Guta Oriental y a las zonas al oeste de
Alepo”, sostuvo.
El propio Rudskói, ha concluído que nuevos ataques de EEUU contra Siria serían inadmisibles. “Informamos sobre la inadmisibilidad de pasos de este tipo”, afirmó Rudskói durante una rueda de prensa.
Por lo tanto, cuando nos preguntábamos si Putin cedería a las
presiones occidentales, en primera instancia y según se desprende de
todas estas declaraciones, la respuesta sería UN ROTUNDO ¡NO!
Esperemos que los rusos aguanten la presión…
Y la presión empieza a ser fuerte, si es que decidimos creernos la sinceridad de las declaraciones de unos y otros.
El secretario estadounidense de Estado, que visita Moscú este martes,
ha lanzado un ultimátum a Rusia y exige que elija a quién apoyar: a
EEUU o al presidente sirio.
Momentos antes de partir rumbo a Moscú y después de una serie de
reuniones urgentes en Italia con altos diplomáticos del G7, Rex
Tillerson ha indicado que Rusia debe elegir entre estar del lado de
Estados Unidos y los países con ideas afines sobre Siria, o quedarse
junto a Irán, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano
(Hezbolá) y el mandatario sirio, Bashar al-Asad.
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