Serge Marchand:
Dos de los escándalos que usted menciona en su libro Sous nos yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump son actualmente
objeto de acciones judiciales en Francia. ¿Puede usted hablarnos de
ellos? Comencemos por el presunto financiamiento de la campaña electoral
del presidente Sarkozy por parte de la Yamahiriya Árabe Libia.
Thierry Meyssan: Durante la agresión contra Libia,
Estado soberano y miembro pleno de la ONU, por parte del Reino Unido, yo
creé en Trípoli un grupo gubernamental de trabajo para reunir los temas
que podían mencionarse para llamar a París a la reflexión. Reunimos
pruebas sobre varios casos –libios, tunecinos y argelinos–, entre los
que se hallaba el financiamiento de la campaña electoral con vista a la
elección presidencial [francesa] de 2007. En el grupo estaba incluso
el funcionario [libio] que entregó personalmente el dinero a los
emisarios de Nicolas Sarkozy.
![JPEG - 50.1 KB](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tftK1yr8zcw8NZ-xKo7p5_nQJQL1sH0KjY84SpHNpg7Der6q1BmWpnhx33DqljqVg-p_-JhvZ-fc49AKeylm8r412xxLgPgIt6SMPIf8bSBvtjJljsRARHz7fYaopSiAoRRghyS9FEOIyFOqvGo9TgP3LL2Ozji59V8HobCH8=s0-d)
Fabrice Arfi y Karl Laske [autores del libro [
1]
que acaba de publicarse en Francia] prosiguieron esa investigación.
Como no tuvieron acceso a las pruebas de ese pacto, reconstruyeron en
detalle los circuitos de transmisión de esos fondos.
Al contrario de lo que se ha publicado en la prensa, nunca hubo
pruebas escritas de ese arreglo, pero existen grabaciones de audio como
prueba. Actualmente están en manos de un colaborador del Guía Muammar
el-Kadhafi, que logró escapar así a las represalias de la OTAN y que hoy
está refugiado en otro Estado africano. Pero sí existen rastros de
algunas transferencias de fondos que la justicia podrá verificar
fácilmente a partir de las informaciones [que publican] Fabrice Arfi y
Karl Laske.
En este caso son legítimas las acciones penales contra Nicolas
Sarkozy ya que es cierto que financió ilegalmente su campaña electoral
violando el tope de gastos que impone la ley, financiándola con fondos
extranjeros y en detrimento de sus competidores. Pero son injustas
ya que sólo apuntan contra él y no tienen en cuenta a otro candidato que
también recibió fondos de la misma procedencia, aunque sólo recibió
la mitad de lo que recibió Sarkozy. Si se aplica la ley, debe aplicarse
a todos por igual, en la medida en que existen los elementos que
permitirían hacerlo, o dejar tranquilo al señor Sarkozy.
Como ya he declarado públicamente e incluso escrito, Segolene Royal
[la candidata del Partido Socialista a aquella misma elección
presidencial] cometió la misma infracción, con ayuda del ex presidente
del Consejo Constitucional, Roland Dumas…
Serge Marchand:
Usted menciona en su libro a Segolene Royal pero no menciona el nombre de Roland Dumas… [
2]
Thierry Meyssan: Bueno, pues ya lo estoy haciendo.
Después de llegar a un acuerdo sobre eso, el editor de la edición
francesa y yo ocultamos los nombres de algunas personalidades francesas
para evitar acciones judiciales por difamación. Pero esos nombres
aparecen en las ediciones extranjeras. Yo voy a publicarlos en nuestro
sitio web [
3],
lo cual no compromete la responsabilidad jurídica de mi editor.
Lo importante es que no se han puesto en tela de juicio los hechos que
describí.
En todo caso, yo establezco una diferencia entre Roland Dumas –el
militante antiimperialista por quien siento un profundo respeto– y el
Roland Dumas aventurero que tenemos que cargar como el preso que
arrastrar su bola de hierro.
Vuelvo al tema. No sólo no considero que, en la actual situación,
sean justas las acciones legales contra Nicolas Sarkozy sino que,
sabiendo que casi todos los demás candidatos también trataron de obtener
dinero de otros gobiernos extranjeros –y que se trata de una práctica
común desde hace varios lustros–, pienso que fue simplemente más hábil
que sus competidores y logró obtener más que ellos. Desgraciadamente,
ese sistema es consecuencia de nuestro concepción errónea de la
democracia.
Otro aspecto del que nadie habla, y que a mí me choca mucho más, es
que, según todos los colaboradores de Kadhafi, el presidente Sarkozy y
la señora Royal se comprometieron –los dos– a que después de electos
harían que se «
anulara» la condena contra Abdullah Senussi en el caso del vuelo 772 de la UTA.
Abdullah Senussi es cuñado de Muammar el-Kadhafi y era el jefe de los
servicios secretos internos. Durante la guerra en Chad, en 1989,
Senussi ordenó ese atentado, que costó la vida a 170 personas. Trípoli
lo consideraba un acto de guerra que no debía por tanto dar lugar a una
condena penal. Personalmente, yo pienso, como los magistrados franceses,
que si bien fue un acto
durante la guerra, no era un acto
de
guerra ya que estuvo dirigido deliberadamente contra civiles. En todo
caso, todos saben que Senussi y yo no nos entendíamos en nada.
Comprometerse a «
anular» aquella condena sólo podía significar
amnistiar al condenado –lo cual es posible en el plano constitucional,
pero no políticamente– o, peor todavía, manipular la justicia francesa
–lo cual va en contra de la responsabilidad constitucional del
presidente de la República Francesa. Al contraer ese compromiso, Nicolas
Sarkozy y Segolene Royal demostraron que ninguno de los dos era digno
de ejercer esa función.
Serge Marchand:
El segundo escándalo es el de Lafarge [4].
Esa empresa está siendo objeto de acciones legales de parte de varios
ex empleados que la acusan de no haberles pagado con regularidad y de
haber comprado petróleo al Emirato Islámico (Daesh) [5]. Laurent Fabius [ministro francés de Relaciones Exteriores bajo el presidente Hollande]
podría ser llamado a comparecer durante el proceso de instrucción.
![JPEG - 39.7 KB](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vqq0-eiVVsXyE7WL426YZ6EZaVIZ7wiZUEzSddJ9l1C6ioqQ4SX3KPIhciytmRMvFqBqzIV-TWFt840hUm3KD2DL4ez9rVRT0vQcKkgW5Ymj8_ExrtUaxgP7Sg7B6FjGjUfkqmtwd7r89M58v9K0aMS0YNRXU=s0-d)
Thierry Meyssan: Ese es otro caso en que nos vemos
confrontados a una gran hipocresía. No sé si es la fiscalía quien ha
limitado así la instrucción o si son los jueces de instrucción quienes
se han recortado las alas, a no ser que todo eso esté manipulado por los
acusadores. El problema es completamente diferente.
La fábrica [de cemento] de Yalabiya (cerca de la frontera turca, al
norte de Alepo) no funcionaba con petróleo sino con carbón. Durante
2 años, los servicios secretos de Turquía, el MIT, fletaron trenes para
abastecerla con carbón.
El diario
Le Monde reconoció que, durante 2 años, la fábrica
funcionó a toda máquina. Sin embargo, no era posible transportar
la mercancía [cemento] a través de aquella zona hacia la zona
bajo control de Damasco, se habían paralizado todas las construcciones
de tipo civil en la zona bajo control de los yihadistas y no hay
exportación hacia Turquía. Entonces, ¿para qué se mantenía la producción
y qué pasó con ese cemento?
La respuesta es muy sencilla. Lo utilizaban los yihadistas para construir fortificaciones [
6].
Se pasó entonces a una guerra de posiciones, pero no con trincheras
sino con bunkers subterráneos. Es una estrategia que describe Abu Mussab
al-Suri [«El Sirio»] en su libro de 2004,
Management of Savagery [
Administración de la barbarie] [
7].
La cantidad de cemento que Lafarge produjo en Yalabiya y que entregó a
los yihadistas es equivalente a todo el cemento utilizado por el Reich
alemán en la construcción de la Línea Sigfrido. Son esos los bunkers que
la aviación rusa vino a destruir en Siria con bombas penetrantes.
En 2013, el Emirato Islámico (Daesh) aún no existía bajo su forma de
Estado no reconocido. Los yihadistas estaban divididos en múltiples
grupos, pero sus operaciones militares las coordinaba
de facto el
Centro de Mando de las Fuerzas Terrestres de la OTAN (LandCom),
con sede en Esmirna (Izmir), en Turquía. Así contaron con los consejos
de los ingenieros de la OTAN para la construcción de esos bunkers
subterráneos.
Por supuesto, Laurent Fabius fue un actor de esa operación…
Serge Marchand:
¿También está implicado Nicolas Sarkozy?
Thierry Meyssan: No, en lo absoluto. El caso Lafarge
comenzó bajo la presidencia de Francois Mitterrand, ex compañero
sentimental de Segolene Royal. El presidente Sarkozy había concluido un
acuerdo de paz con Siria después de la liberación Baba Amro, donde los
yihadistas ya habían proclamado un emirato islámico.
En aquella época, Laurent Fabius y el general Benoit Puga pensaban
que Francia y sus aliados derrocarían la República Árabe Siria y
pondrían en el poder al general Manaf Tlass [
8]. Y el hermano de Manaf Tlass, Firas, era administrador de la fábrica de cemento de Yalabiya.
Serge Marchand:
Los dos [Manaf y Firas]
son hijos del ex ministro sirio de Defensa, el general Mustafá Tlass.
Thierry Meyssan: En efecto, pero Mustafá Tlass nunca estuvo en contra de la República, ni apoyó a los yihadistas.
Es importante saber que Hillary Clinton fue abogada y posteriormente
miembro del consejo de administración de Lafarge y que, en tiempos de
Saddam Hussein, esa empresa trabajó con la CIA para transportar
ilegalmente armas en Irak y preparar la guerra.
Por supuesto, si los jueces instructores mostraran interés en esos
hechos, se estrellarían inmediatamente contra la cláusula de protección
de los secretos militares de Francia, única manera de proteger al
gobierno de Hollande para que no tenga que rendir cuentas por la guerra
que coorganizó en Siria y por sus relaciones con los yihadistas.
Todos esos elementos y muchos más están incluidos en mi libro.
Me sorprende que ningún magistrado haya tenido la curiosidad de leerlo.
Serge Marchand:
Muchas gracias.
[
1]
Avec les compliments du guide, Fabrice Arfi y Karl Laske, Fayard, 2017.
[
2] Ver
Sous nos yeux, Thierry Meyssan, Demi-Lune, 2017, p. 26.
[
3]
Red Voltaire
[
4]
Ibid, pp. 88-90 para ver el punto de vista francés, p. 95 para el punto de vista ruso y p. 250 para el de Estados Unidos.
[
5] Los correos electrónicos del Emirato Islámico fueron publicados inicialmente por el sitio web
Zaman Al-Wasl y posteriormente retirados de ese sitio antes de la publicación del artículo del diario francés
Le Monde sobre el escándalo de Lafarge. Pero se mantienen disponibles para su consulta en el nuestro sitio de la
Red Voltaire “
Lafarge-Holcim e-mails”.
[
6] «
Revelaciones: la yihad de Lafarge-Holcim», por Thierry Meyssan,
Red Voltaire, 24 de marzo de 2017.
[
7]
Management of Savagery
lleva la firma de Abu Bakr Naji, que sería al parecer un seudónimo.
Los especialistas no logran ponerse de acuerdo sobre la verdadera
identidad del autor. Según los expertos de la televisión pública
saudita, el autor sería el responsable de Propaganda de al-Qaeda, Abu
Jihad al-Masri. Por el contrario, según otros especialistas, como
Thierry Meyssan, no se trata de un libro de propaganda sino de arte
militar y su autor sería Abu Mussab al-Suri, también autor del libro de
1 600 páginas
Llamado a la resistencia islámica global. Este
yihadista obtuvo asilo político en Francia bajo la presidencia de
Francois Mitterrand y es conocido por haber adaptado la «
estrategia de la tensión»
a la yihad. Dirigió en Madrid y en Londres el Islamic Conflict Studies
Bureau, estructura idéntica a lo que fue Aginter Press (implicada el
atentado de la Piazza Fontana, en Italia) en los años 1970.
Ibid, p. 118.
[
8]
Hoy en día, Laurent Fabius es presidente del Consejo Constitucional y
el general Puga es Gran Canciller de la Legión de Honor. Ocupan
respectivamente los lugares 8 y 17 en el orden protocolar de la
República Francesa.