En
Occidente, la prensa optó por ignorarla. Pero la cumbre de los países
del grupo BRICS, realizada en la ciudad china de Xianmen, abre una nueva
etapa en el desarrollo de esa institución internacional. Zhao Minghao
pasa revista a los tres principales objetivos de esa cumbre y explica el
concepto de «BRICS plus».
- El grupo BRICS reúne a Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, más del 40% de la población mundial.
Luego de varios meses de conflicto, China y la India
acabaron resolviendo pacíficamente su diferendo sobre la frontera de
Doklam. Ambos países son miembros fundadores del grupo BRICS y esperan
mantener su unidad con las otras economías emergentes. Como dijo
el presidente Xi Jingping:
«La cooperación del BRICS es una innovación que trasciende el viejo esquema de las alianzas políticas y militares y prefiere las asociaciones antes que las alianzas.»
Además, los países del BRICS tratan todos de dejar atrás
sus diferencias ideológicas y las divergencias entre sus sistemas
políticos respectivos para buscar puntos de entendimiento en los que
todos salgan ganando en vez de oponerse entre sí.
La primera reunión de los ministros de Exteriores del BRICS
se convocó en septiembre de 2006 y marcó la fundación del mecanismo de
los BRICS. Diez años después, el grupo BRICS se ha convertido en un
importante bloque económico internacional que representa a varios de los
más importantes países en vías de desarrollo y economías emergentes.
Desde entonces, los Estados miembros del BRICS han incrementado
su peso en la economía del mundo, pasando de un 12% a un 23%;
su comercio aumentó de un 11% a un 16% y en el sector de la inversión
pasaron de un 7% a un 12%. Más importante aún es el hecho que la
contribución de las economías de los países del BRICS al crecimiento de
la economía mundial ha sobrepasado el 50%.
Ante la política de Donald Trump de «America First»,
la economía mundial corre el peligro de que pierda terreno el
multilateralismo. Si los países desarrollados y las naciones emergentes
siguen replegándose hacia sí mismos y retrocediendo en materia de
cooperación en cuanto a las políticas macroeconómicas, la vacilante
llama del saneamiento de la economía mundial podría llegar a apagarse.
Durante los últimos meses, varios economistas, como la directora del
Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, han declarado
que la economía mundial muestra al fin síntomas de una nueva vitalidad,
10 años después de la crisis financiera. Estados Unidos, Europa y Japón
han registrado un crecimiento constante mientras que Rusia, Brasil
y Sudáfrica también muestran cifras en alza. China y la India, por su
parte, han mantenido su crecimiento a niveles que van de medios a
elevados.
La cumbre de los BRICS realizada en Xiamen pretende hacer entrar ese grupo en su segunda década dorada.
En primer lugar, los países del BRICS se esforzaron por instaurar
nuevas medidas de estímulo de los intercambios en materia de servicios,
inversiones y comercio electrónico. En 2015, las exportaciones de los
miembros del BRICS en el campo de los servicios se elevaron a
540 000 millones de dólares, o sea sólo 11,3% del total mundial.
Con la expansión de la clase media en los países del BRICS, las
oportunidades de cooperación florecen por todas partes, en la salud, el
turismo y la educación, así como en otros sectores.
Los países del BRICS han trabajado además en la implantación de
esquemas que faciliten la inversión, incluyendo medidas para mejorar
la eficacia de la aprobación administrativa y la apertura de las
diferentes industrias. El grupo de trabajo sobre el comercio electrónico
del BRICS se creó en agosto [de 2017] para ayudar al desarrollo de
pequeñas y medianas empresas de comercio electrónico y convertirlas en
una fuerza dinámica capaz de respaldar, en el futuro, la cooperación y
el intercambio en el grupo.
En segundo lugar, los países del BRICS tratan de promover activamente
el perfeccionamiento de la gobernanza global. Aparte de todas las
reformas ya previstas que emanan de instituciones internacionales, como
el Consejo de Seguridad de la ONU y el FMI, los países del BRICS ya han
establecido mecanismos de cooperación en sectores como la lucha contra
el terrorismo, la actividad espacial, la ciberseguridad y la seguridad
energética. Al hallarse entre los mayores consumidores y exportadores de
energía del mundo, los países del BRICS van a establecer mecanismos de
cooperación tendientes a elevar las reservas estratégicas de energía, a
desarrollar las energías renovables y mejorar la eficacia energética.
En tercer lugar, los miembros del BRICS buscan mejorar la cooperación
sobre las cuestiones de seguridad nacional y regional vinculadas a
ciertos puntos estratégicos. Durante el séptimo encuentro de altos
representantes sobre los temas de seguridad, realizado en julio,
se decidió que una colaboración más profunda, tanto en el plano político
como en temas de seguridad, es fundamental para el fortalecimiento del
mecanismo del BRICS. La situación política en el Medio Oriente y el
norte de África fue el centro de atención y la Declaración Conjunta [1] aborda en varias ocasiones cuestiones vinculadas a la situación en Afganistán.
Más importante aún es el hecho que la cumbre de Xiamen expresó la
intención de llevar adelante el concepto de «BRICS Plus». Este último
estimula a los miembros del BRICS a profundizar las relaciones con los
demás países en vías de desarrollo para apoyar y garantizar sus
intereses, teniendo como objetivo final el de extender su influencia
internacional. Durante la cumbre del BRICS realizada en Durban,
Sudáfrica, en 2013, se pactaron negociaciones entre el BRICS y los
dirigentes de los Estados africanos mientras que la India invitaba a los
dirigentes de los países del Golfo de Bengala a la Cumbre realizada el
año pasado en Goa. Este año, los dirigentes de países como México,
Egipto y Tayikistán participaron en la cumbre de Xiamen, por iniciativa
del BRICS Plus.
Es indudable que la cooperación en el seno del BRICS enfrenta
numerosos retos. Los dirigentes de China, Rusia y la India deben manejar
mejor los efectos negativos de las relaciones geopolíticas entre
sus países y contribuir a la construcción de una identidad colectiva
más fuerte para el bloque. El BRICS debe trabajar también para convertir
los documentos que prometen cooperación en acciones concretas en vez de
empantanarse en discusiones inútiles.
Se estima que en 2021, el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS habrá
prestado un total de 32 000 millones de dólares. La oficina africana de
ese banco acaba además de iniciar, en agosto 2017, sus operaciones en
Sudáfrica.
Es evidente que esos mecanismos internacionales, bajo la bandera de
los BRICS, deben desempeñar en la gobernanza mundial un papel mucho
mayor del que hoy tienen.
Fuente
Red Voltaire
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