martes, 29 de agosto de 2017

Impactos constructivos de los atentados terroristas en Cataluña

  • Los impactos constructivos de los atentados terroristas en Cataluña
El mayor atentado terrorista que ha sufrido la ciudad de Barcelona en el siglo XXI ha tenido sus escalofriantes consecuencias negativas que son reiteradas en los medios de comunicación.
16 muertos de diversas nacionalidades, algunos tristemente menores de edad, y decenas de heridos ha producido un sentimiento de escalofrío y dolor apabullante. Posiblemente un dolor que viven diariamente otros pueblos lejanos.
No sería nada nuevo, en un mundo de redes sociales, hablar de lo que todo el mundo ya habla. Por ello, me atrevo, aunque sea demasiado arriesgado por posibles malas interpretaciones a hacer sociología de un fenómeno social vivido estos días en Cataluña, analizando una semana después de los atentados atroces y criminales las posibles consecuencias colaterales provechosas, desde una visión objetiva. 
Desde que ocurriera el atropello en Las Ramblas de Barcelona la tarde del jueves 17 de agosto, se han desarrollado varias acciones sociales de suma importancia.
En primer lugar, un fenómeno de tal envergadura ha dado margen a poder examinar la profesionalidad de los medios de comunicación e incluso el uso de las redes sociales. Un experto en comunicación, Pascual Serrano, en su artículo "Urgencias del periodismo tras el atentado en Las Ramblas"[1] detalla la falta de rigor y veracidad de muchos medios por el morbo de la inmediatez por encima de la confusa realidad. Un periodismo que en lugar de informar con pruebas su mantenimiento de audiencia ha hecho generar errores constantes y confusión en la población. Además, el análisis de la comunicación no ha estado exento de cierta metodología comparativa entre la prensa española con la prensa internacional sobre las portadas de las ediciones de los diarios el viernes. Portadas de la prensa española que se parecían a películas de terror haciendo visibles cuerpos de víctimas[2]. El atentado de Las Ramblas dejó en evidencia la poca profesionalidad periodística en España y Cataluña. 
Otra consecuencia de los atentados fue la eliminación del falso de debate de la turismofobia que se estaba dando en Barcelona las últimas semanas. Un debate que se aceleró con pintadas "Tourist Go Home" o las protesta de la Candidatura de Unidad Popular​​ (CUP) con acciones en un bus turístico[3]. Después del jueves 17, con varios turistas muertos, nadie coherente se ha atrevido a volver a hablar de la turismofobia. Justamente, Barcelona es una de las ciudades más turísticas del mundo, y los atentados no fueron en realidad un ataque hacia la población local como si pudo ser el atentado que sufrió Madrid en 2004. Sabiendo que en Las Ramblas o Cambrils en pleno agosto hay más turistas que autóctonos, los atentados fueron justamente un ataque hacia una sociedad global. Y por ello, hablar ahora de turismofobia sería una falta de respeto a los turistas heridos y fallecidos en el ataque terrorista.
El siguiente acto como acción provechosa colateral fue la respuesta inmediata por parte de vecinos de Barcelona contra la concentración neofascista el viernes 18. Media centena de ultraderechistas de Democracia Nacional y la Falange se ubicaron frente al mercado de la Boquería con el lema "Stop islamización de Europa" pero rápidamente más de 300 vecinos hicieron una contramanifestación para que los Mossos d'Esquadra les expulsará. Barcelona resucitó su imagen histórica internacional contra el fascismo[4]. Barcelona se volvió a vestir del grito "No Pasarán".  
La movilización social por los Derechos Humanos, la solidaridad, la interculturalidad, y la fraternidad entre los pueblos, religiones y etnias no solo quedó en este evento antifascista. Durante toda la semana población autóctona, emigrante, islámica, católica, atea... se ha concentrado en Plaza de Cataluña, Las Ramblas, u otros lugares, para demostrar al mundo que Barcelona es una ciudad bien acogedora y pacífica, que apuesta por vencer los estereotipos y prejuicios de relacionar a varios terroristas con más de mil millones de musulmanes que hay en el mundo. Barcelona ha conseguido esta semana relucir su alta cultura democrática como modelo a nivel internacional. Sin obviar comentarios o acciones racistas que se han producido, sobre todo en las redes. Además, la convocatoria de la manifestación multitudinaria que se celebrará el sábado 26 de agosto en Barcelona hará que la ciudad condal sea ese día el centro mundial de la paz, la convivencia, y la solidaridad, como fue la movilización masiva del pasado mes de febrero en solidaridad con los Refugees[5].
En relación a este apartado, sobre la manifestación del sábado, hay que señalar que a diferencia de las movilizaciones contra los atentados terroristas en otros países, como Francia, finalmente se ha acordado que sea la ciudadanía y las instituciones que han hecho frente a los impactos de los atentados (servicios de seguridad y sanitarios, organizaciones ciudadanas...) las que encabecen esta manifestación. Una manifestación que representa a la sociedad por encima de las instituciones, que además no sólo deja en segunda plano a la clase política sino que gracias a presiones de organizaciones como la CUP finalmente el monarca español Felipe VI no encabezará esa concentración. La ciudadanía democrática por encima de la monarquía constitucional.
Otra acción colateral, y más allá de centrarnos en el debate de la independencia de Cataluña, tan actual por el Referéndum del 1 de octubre, es la imagen positiva que se han otorgado las instituciones catalanas para hacer frente a los atentados terroristas. Sin olvidar varias historias anteriores represivas por parte de los Mossos d'Esquadra, como contra los estudiantes críticos con el Plan Bolonia[6], es verdad que los cuerpos de seguridad han realizado un papel activo y comunicativo que ha hecho aumentar su legitimidad en la sociedad catalana. Patricia Plaja, la community manager de los Mossos, elaboró un plan comunicativo que fue contundente, preciso, alertando de prudencia, e informando paso a paso de cada actividad con su información contrastada. Esa imagen de los Mossos a nivel comunicativo, además de sus acciones de seguridad ciudadana rápidas y efectivas, dio un elevado nivel de confianza a la población local.
Además, el prestigio de su profesionalidad fue también potenciado por sucesos humorísticos en la política como el trending topic del jefe de los Mossos al responder "Bueno, pues molt bé, pues adiós" al periodista que le criticó que hablara en catalán, cuando respondía en el idioma que se le preguntaba. Una imagen que volvió, además, a fortalecer el bilingüismo que hay en Cataluña, pese a las críticas y manipulaciones de la derecha española. En definitiva, el papel de los Mossos ha sido calificado de excelente por varias instituciones internacionales pese a sus limitaciones jurídicas al no ser una fuerza estatal, y eso ha potenciado la imagen de Cataluña en su posibilidad de construir un Estado propio.
Otro de los puntos que ha sido muy visible en las redes sociales, ha sido el crecimiento de la crítica de la sociedad catalana y española en la venta de armamento militar a Arabia Saudí, y las relaciones bilaterales históricas de la monarquía española con el régimen tirano saudí. Unas relaciones potenciadas por el Partido Popular, al igual que con Catar. No solo se ha criticado la venta de armas de España a Arabia Saudí por su tiranía y su injerencia en Yemen causando una de las mayores crisis humanitarias del siglo XXI, sino también por el vínculo de Arabia Saudí con el terrorismo internacional suní que se enmarca bajo una doctrina expansionista. Los atentados volvieron a reabrir el debate de mantener España relaciones comerciales con uno de los países que alimenta el terrorismo internacional, y periodistas como Antonio Maestre de La Marea ha dejado claro en varios escritos los vínculos españoles con Catar y Arabia Saudí[7].
Es duro decir que por el atentado de Barcelona, y también de Cambrils, se han producido algunos impactos positivos por sus efectos colaterales, pero si cerramos los ojos como ciudadanos científicos hacia ciudadanos sentimentalistas por todo lo ocurrido estos días, jamás podemos analizar con exactitud el contexto social y político. Por ello, algo que todavía no se ha conseguido ni tras el atentado de Madrid, París, Londres, Barcelona... es analizar a nivel de conciencia social las verdaderas causas de este terrorismo internacional. Los enemigos están más cerca de lo que pensamos.
Escrito por Aníbal Garzón Baeza
[1] http://blogs.publico.es/otrasmiradas/9951/urgencias-del-periodismo-tras-el-terrorismo-en-las-ramblas/
[2] http://www.eldiario.es/rastreador/cuenta-prensa-atentado-Barcelona_6_677242270.html
[3] https://elpais.com/ccaa/2017/07/30/catalunya/1501406046_864519.html
[4] http://www.eldiario.es/catalunya/Barcelona-antifascistas-asistentes-manifestacion-islamofoba_0_677183000.html
[5] https://elpais.com/elpais/2017/02/18/album/1487433362_060661.html
[6] https://www.youtube.com/watch?v=1VJ4B08ySEk
[7] http://www.lamarea.com/2017/08/19/dinero-del-wahabismo-arabia-saudi-qatar-espana-parte-1/
FUENTE: HISPANTV

Barcelona y el fin de la inocencia del Wahabismo de Arabia Saudí

  • Barcelona y el fin de la inocencia
Después del paso de la onda expansiva provocada por los atentados de Barcelona, ya nada será igual.
Después de clamar en vano en el desierto largos lustros. Después de luchar contra las tórridas tormentas mediáticas que trataban de borrar las huellas de un complot urdido hace más de doscientos años al amparo de las dunas, finalmente, un temporal de simún ha acabado por quitar los ropajes a los reyes y mostrar las verdades que las arenas, con tanto celo, pretendían esconder. Para unos pocos no será nada nuevo, era un secreto a sotto voce, para los más, una auténtica revelación.
Después del paso de la onda expansiva provocada por los atentados de Barcelona, ya nada será igual. Quien ve a un rey desnudo ya nunca más se dejará obnubilar, ni por el boato, ni por el brillo de piedras y metales preciosos. De la inspiración divina, se camina sin retorno a la imperfecta humanidad e incluso a la más abyecta existencia. Obviamente, no van a besar la tierra sin luchar. Las agencias de lavado de cerebros estarán preparando sus ofertas pecuniarias en petrodólares, para comenzar cuanto antes las operaciones de marketing social, en aras a rehabilitar los daños causados por las acciones terroristas de sus patrocinados. Pero es improbable que tengan éxito. El hedor que escapa bajo las túnicas reales no se disipará fácilmente, ya no. 
El fundador de la dinastía de los Saud se convirtió al wahabismo, a mediados del siglo XVIII. Una de sus características fundamentales es el takfirismo, el no reconocimiento del otro, ni de los musulmanes de cualquier otra rama del Islam, ni de los practicantes de otras religiones, todos son impuros, apóstatas, infieles, takfires. En sus versiones más radicales, ni si quiera les reconocen el derecho a la vida, deben ser necesariamente esclavizados o eliminados. Primero es necesario acabar con lo que consideran malos musulmanes para después terminar con los cristianos. Esa es la visión deformada, es decir wahabismo, que los regímenes de Arabia Saudí y Qatar están extendiendo por el mundo a golpe de talonario, ante la pasividad y la connivencia de sátrapas árabes y dirigentes occidentales. Y esa es la confesión que adoptan los terroristas, tanto los del Daesh (ISIS), como los de Al Qaeda, las dos internacionales mundiales del terror más poderosas y conocidas.
Arabia Saudí es como un gran grupo terrorista que ha logrado establecer su califato en unas tierras concretas en el Medio Oriente. Daesh casi lo consigue en la región que amablemente dejaron que conquistara entre Irak y Siria, pero, afortunadamente, ya está siendo expulsada de ella por estos gobiernos y sus aliados. 
Con una ideología religiosa de esa índole, es normal que Arabia Saudí sea un estado que esté implicado en múltiples guerras, de tipo convencional y no convencional, a través de ejércitos regulares o, subsidiariamente, a través de mercenarios y milicias terroristas. Yemen, Bahrein, Libia, Irak o Siria son ejemplos de ello. El listado de crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos (en su propio territorio) en el haber de Riad es incalculable. Sin embargo, no está considerado un estado paria, ni sus dirigentes van a ser juzgados jamás en los tribunales internacionales. 
Los motivos son diversos. Desde el punto de vista geoestratégico, Estados Unidos (junto con la UE e Israel) es aliado de las monarquías del Golfo Pérsico, la región productora de petróleo y gas por antonomasia del planeta. Tiene desplegadas varias bases militares en el área para asegurarse el suministro ininterrumpido de crudo barato en el futuro y para controlar el tránsito hasta la metrópoli. Por otro lado, cuantas más guerras estallen, más cantidad de armas se demandarán. Así que, buena parte del dinero pagado por la venta de hidrocarburos vuelve a EEUU en forma de compras de armamento. Por último, teniendo en cuenta que los mayores enemigos de los wahabíes son los musulmanes shiíes y, habiéndose escapado Irán de la órbita occidental desde la proclamación de la República Islámica en 1979, lo más fácil es apoyar a sus enemigos para debilitar al país persa y mantener viva la amenaza de una guerra regional, junto a la promulgación de sanciones, sabotajes, asesinatos selectivos o atentados terroristas teledirigidos.
En cuanto a España los motivos que explican estas amistades peligrosas no son tan obvios. Tenemos que retrotraernos a los tiempos de la transición y a la herencia monárquica planificada por el dictador Franco para nuestro país. La casa real española estaba por aquel entonces sin blanca, al pairo de empresarios y financieros de dudosa moralidad que, invariablemente dieron, más tarde que temprano, con los huesos en la cárcel. Fueron las monarquías medievales del Golfo Pérsico quienes financiaron a su homóloga española con préstamos generosos pero, sobre todo, a través de la posibilidad de comerciar con las importaciones de hidrocarburos. Los Al Saud sólo hacen negocios con familiares o amigos íntimos y los borbones están incluidos en esta última categoría. Petróleo y gas, mezquitas, grandes obras e infraestructuras y armas, muchas armas, están en la lista de intercambios entre ambos países y ambas casas. Como ejemplo de cercanía, fue Salman bin Abdulaziz Al Saud, el «hermano» saudí de Juan Carlos de Borbón, quien pagó el famoso viaje a Botsuana con Corinna y el que logró adjudicar las obras del AVE Medina-La Meca.
Esa capacidad de influencia sobre gobiernos en Occidente, unido a inversiones en medios de comunicación, le permitió a los países del Golfo mantener una impunidad total frente a la opinión pública internacional. Países como EEUU o Reino Unido escondieron informes oficiales sobre la implicación de Arabia Saudí y sus vecinos en los atentados del 11S o en la financiación del terrorismo. Sin embargo, la desastrosa operación de las primaveras árabes puso de manifiesto a gran escala la brutalidad de las prácticas de los terroristas y visualizó quiénes eran realmente los patrocinadores de Al Qaeda y Daesh, donde las monarquías árabes del Golfo Pérsico desempeñan un papel crucial, especialmente Arabia Saudí y Qatar.
En este estado de cosas, cuando los atentados de los considerados “rebeldes moderados” en Oriente Medio afectan a Europa, donde adquieren ya la dimensión clara de terroristas, la opinión pública es incapaz separar ambas estrategias y pocos están dispuestos a pagar un precio de sangre por alcanzar difusos réditos geopolíticos inexplicables en tierras lejanas. Es entonces cuando se generaliza el rechazo a los terroristas, a sus amigos, a los que los financian, a los que los dotan de soporte ideológico y a los que los utilizan como carne de cañón mercenaria para enfrentar a los gobiernos laicos e independientes de la región, en los que musulmanes suníes, shiíes y cristianos pueden vivir en paz. 
Así, Arabia Saudí es ya para muchos un Estado paria, indeseable, el líder del eje del mal en el mundo. Todo el que tenga relaciones con él será considerado de la misma manera. Ya sean sus íntimos de la casa real española, los que callan sus atrocidades a cambio de contratos, los que les venden armas y los que callan o los jalean cuando les venden barcos de guerra porque hay que dar empleo a los trabajadores de los astilleros públicos. Ninguno va a seguir siendo inocente a ojos del pueblo. Que tomen nota.
Escrito por Juan Luis González Pérez
 Fuente: Hispantv

Líder norcoreano: La última prueba es ‘preludio’ de ataque a Guam

  • El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, inspecciona la prueba del misil Hwasong-12 en Pyongyang, capital, 30 de agosto de 2017.
Publicada: martes, 29 de agosto de 2017 22:01
Corea del Norte confirma que el misil balístico lanzado este martes era un proyectil de medio alcance Hwasong-12.
Así ha informado este miércoles la agencia norcoreana de noticias KCNA, además de indicar que el ensayo ha sido realizado con la presencia del líder de ese país asiático, Kim Jong-un.
El misil Hwasong-12 de rango medio, cuyo lanzamiento fue supervisado por el líder Kim Jong-Un, "surcó el cielo sobre la península de Oshima, (en la isla de) Hokkaido y el cabo Erimo en Japón, según el itinerario de vuelo, y golpeó su objetivo en aguas del Pacífico norte", ha explicado la fuente.
El martes, Pyongyang disparó un misil balístico que, tras sobrevolar el cielo de Japón, se partió en tres pedazos que cayeron en aguas del mar de Japón (mar del Este), desatando todas las alarmas.
Según la información disponible, Kim ha considerado el ensayo del martes el "preludio" del lanzamiento de misiles a la isla estadounidense de Guam, en el océano Pacífico, indica KCNA.

Corea del Norte informó el pasado 10 de agosto que prepara un plan para disparar cuatro misiles de medio alcance contra las instalaciones militares estadounidenses en Guam.
Ante ello, el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó, por su parte, que Corea del Norte se enfrentaría con "fuego y furia" nunca vistos si continúa las pruebas nucleares y balísticas.
En respuesta al más reciente lanzamiento norcoreano, Corea del Sur y EE.UU. acordaron adoptar medidas de represalia, incluidas acciones “militares”, contra el Gobierno de Kim Jong-un. Además, el presidente estadounidense advirtió de que todas las opciones están sobre la mesa respecto a Corea del Norte.
Al respecto, el portal norteamericano Business Insider, citando al periódico surcoreano The Chosunilbo, subrayó que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, habría presionado a su par estadounidense para que entre ambos planearan una guerra rápida a fin de contrarrestar las persistentes amenazas de Corea del Norte
FUENTE: HISPANTV.

‘EEUU planea golpe de Estado al estilo Pinochet contra Maduro’

  • El presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores, 22 de agosto de 2017.
Un analista político estadounidense afirma que EE.UU no busca la democracia en Venezuela sino planea un golpe de Estado como el de Pinochet contra Maduro.
"Hablar de intervención militar de EE.UU. en Venezuela no se trata de proteger la democracia… Washington apoya un golpe de Estado de estilo Pinochet en Venezuela”, ha opinado este martes Dennis Etler, analista político estadounidense en una entrevista concedida al canal iraní Presstv.
EE.UU., agrega Etler, no tiene absolutamente ningún interés en la democracia en el país sudamericano o en ningún otro lugar para el caso. Solo trata de recuperar su posición hegemónica perdida en América Latina.
Las declaraciones del experto hacían alusión a las afirmaciones de autoridades estadounidense en las que aseguran que Washington utilizará "el poder económico y diplomático" para restaurar la democracia en Venezuela.
Asimismo, ha considerado esencial que el Gobierno venezolano se prepare para cualquier eventualidad, incluso una intervención militar estadounidense, independientemente de lo que digan los Estados Unidos en un momento dado, afirmó.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo que no descarta una intervención militar en Venezuela, sin embargo, días después, la Casa Blanca dejó de lado esta opción, al menos, "en el futuro cercano" e impuso más sanciones al país bolivariano.
El experto norteamericano ha afirmado que la situación en Venezuela, de hecho, tiene una semejanza notable con lo que ocurrió y sigue ocurriendo en Turquía.
De acuerdo con Etler, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, reprimió a la oposición y aprobó un plebiscito que dio la presidencia y al mismo tiempo cientos de miles de jueces, periodistas leales a la oposición han sido encarcelados.
Hablar de la intervención militar de EE.UU. en Venezuela no se trata de proteger la democracia… Washington apoya un golpe de Estado de estilo Pinochet en Venezuela”, ha opinado Dennis Etler, analista político estadounidense.

Etler ha continuado que, en Venezuela, aunque los detalles tienen diferencia con respecto a Turquía, la respuesta internacional ha sido muy diferente.
"EE.UU. no ha impuesto sanciones contra Turquía, no ha pedido que Erdogan sea destituido, ni ha hablado de una posible intervención militar ya que Turquía es un aliado clave de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una región del mundo donde Estados Unidos quiere mantener la influencia", ha señalado.
El analista también ha subrayado que Washington hará todo lo que pueda para interrumpir y desestabilizar cualquier gobierno que se interponga en el camino del imperialismo estadounidense.
En otra parte de sus declaraciones, Etler ha rechazado la cobertura de los medios de comunicación sobre la situación en curso en Venezuela y ha afirmado que "lloran lágrimas de cocodrilo" por la supuesta pérdida de la democracia y cuestionan injustificadamente la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) convocada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
FUENTE: HISPANTV

Grandes ejercicios militares alrededor de Venezuela

El 11 de agosto de 2017, el presidente Donald Trump habló de recurrir a la opción militar contra Venezuela. Manlio Dinucci resalta en este artículo que no se trata de palabras al viento. El ejercicio militar Mobility Guardian, que acaba de realizarse en Estados Unidos con la participación de tropas de 25 países y observadores de otros 12, fue un ensayo de una proyección rápida de fuerzas de la OTAN ampliada.
Los proyectores político-mediáticos, enfocados sobre los desórdenes en Venezuela, dejan sin embargo en la sombra lo que sucede alrededor de ese país.
En la geografía del Pentágono, Venezuela está en el área del US Southern Command (SouthCom), uno de los 6 «mandos combatientes unificados» entre los que Estados Unidos divide el mundo.
El SouthCom [lo que los latinoamericanos llaman el “Comando Sur”], que abarca 31 países y 16 territorios de América Latina y el Caribe, dispone de fuerzas terrestres, navales y aéreas, además de tropas pertenecientes al US Marine Corps [Cuerpo de Marines de Estados Unidos], a las fuerzas especiales estadounidenses y de 3 unidades específicas: la Joint Task Force Bravo, acantonada en la base aérea de Soto Cano (Honduras), que organiza ejercicios multilaterales y otras operaciones; la Joint Task Force Guantanamo, acantonada en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), que efectúa «operaciones de detención e interrogatorios en el marco de la guerra contra el terrorismo»; y la Joint Interagency Task Force South, acantonada en Key West (Florida, Estados Unidos), cuya misión oficial es coordinar las «operaciones antidrogas» en toda la región.
La creciente actividad del SouthCom indica que lo que declaró el presidente Trump el 11 de agosto –«Tenemos numerosas opciones para Venezuela, incluyendo una posible acción militar»– no es una simple amenaza verbal.
- Una fuerza especial del Cuerpo de Marines, dotada de helicópteros de guerra, fue desplegada en Honduras en junio pasado con vista a varias operaciones regionales, con una duración prevista para 6 meses. 
- También en el marco del SouthCom se desarrolló en junio, en Trinidad Tobago, el ejercicio Tradewinds, con la participación de tropas de 20 países de América y del Caribe. 
- En julio, se desarrolló en Perú el ejercicio naval Unitas, con la participación de 18 países, y, en Paraguay, se realizó una competencia-ejercicio de fuerzas especiales de 20 países. 
- Del 25 de julio al 4 de agosto, cientos de oficiales de 20 países participaron en Panamax, ejercicio oficialmente destinado a la «defensa del Canal de Panamá». 
- Del 31 de julio al 12 de agosto se desarrolló en la Joint Base Lewis-McChord (en Washington) «el mayor y más realista ejercicio de movilidad aérea», con la participación de 3 000 hombres y de 25 socios internacionales, en particular de las fuerzas aéreas de Colombia y Brasil, que se ejercitaron en la realización de misiones diurnas y nocturnas con fuerzas de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. El «escenario realista» es el de una gran operación aérea para el transporte rápido de tropas y armamento a la zona de intervención. En otras palabras, el ensayo de la intervención militar en Venezuela, el país que Trump amenazó.
La base principal sería la vecina Colombia, vinculada a la OTAN por un acuerdo de asociación desde 2013. Según la OTAN, «personal militar colombiano participó en numerosos cursos en la Academia de Oberammergau (Alemania) y en el Nato Defense College de Roma, participando también en numerosas conferencias militares de alto nivel».
Que ya existe un plan de intervención militar contra Venezuela es algo que confirmó el almirante Kurt Tidd, comandante del SouthCom. El 6 de abril de 2017, durante una audiencia en el Senado, el almirante declaraba que «la creciente crisis humanitaria en Venezuela podría hacer necesaria una respuesta regional».
Para hacer realidad la amenaza de Trump sobre la «opción militar» pudiera adoptarse, ahora en un contexto diferente, la misma estrategia que se aplicó en Libia y Siria: infiltración de fuerzas especiales y de mercenarios que echan leña al fuego de las tensiones internas provocando enfrentamientos armados; acusaciones de que el gobierno está masacrando a su propio pueblo y una «intervención humanitaria» que lleve a la creación de una coalición armada lidereada por Estados Unidos.
Fuente: Red Voltaire

Implicada Alemania en los atentados de Cataluña

Según la policía española, la célula terrorista que atacó varios lugares en Barcelona y Cambrills, el 17 y el 18 de agosto de 2017, se hallaba bajo la dirección de Abdelbaki Es Satty.
Este personaje se vinculó en prisión con Rachid Aglif, condenado a 20 años de cárcel como participante en una reunión preparatoria de los atentados perpetrados en Madrid el 11 de marzo de 2004.
Abdelbaki Es Satty fue hasta junio el imam de la mezquita del norte de Ripoll.
Esa mezquita depende de la rama siria de la Hermandad Musulmana, implantada en Alemania, en la ciudad de Aquisgrán.
En tiempos de la guerra fría, el gobierno de la República Federal de Alemania concedió asilo, a solicitud de la CIA, a los miembros sirios de la Hermandad Musulmana que habían participado en el intento de golpe de Estado contra el presidente sirio Hafez el-Assad. Y durante la actual guerra contra Siria, el gobierno de Angela Merkel creó en el ministerio alemán de Exteriores un grupo especial encargado de tratar directamente con la Hermandad Musulmana de Siria.
FUENTE: RED VOLTAIRE

Trump y el apoyo de Pakistán a los yihadistas

En su serie de análisis sobre la política de Donald Trump en el Medio Oriente, Thierry Meyssan muestra que, contrariamente a la opinión generalizada, el presidente de Estados Unidos no ha cambiado su estrategia. Rompiendo con sus predecesores, Trump ha tratado de cortar el apoyo de Pakistán a los yihadistas en Afganistán, como ya eliminó el respaldo de Arabia Saudita a los yihadistas en el Levante. El autor explica de paso que, aunque algunos electores de Trump dan muestras de inquietud al verlo desplegar más tropas en Afganistán, la lógica indica que deberían aprobar esa decisión.
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En aparente contradicción con sus compromisos electorales, el presidente Donald Trump anunció el despliegue de refuerzos militares en Afganistán.
El proyecto de Donald Trump de modificar la política exterior y militar de Estados Unidos para llevarla del imperialismo a la cooperación comienza a fructificar. Desde sus discursos en Riad y Bruselas, en mayo pasado, casi todos los países musulmanes –exceptuando Pakistán, Qatar, Sudán y Turquía– han cesado su respaldo a la multitud de grupos yihadistas surgidos del seno de la Hermandad Musulmana. Al mismo tiempo, hasta la OTAN ha comenzado a combatir los yihadistas que hasta ahora había respaldado en varios teatros de operaciones.
Si bien en los últimos 3 meses la situación ha mejorado considerablemente en Irak, Libia y Siria, no sucede lo mismo en Afganistán, donde sigue deteriorándose.
Es necesario recordar que, en total contradicción con las tranquilizadoras declaraciones de los presidentes Bush hijo y Obama, la presencia de las tropas de la OTAN en Afganistán, desde hace 16 años, no sólo no ha erradicado a los talibanes sino que ha hecho cada vez más precaria y peligrosa la vida de la población civil. Atentados y combates provocan hoy en Afganistán más muertes que en el pasado, en comparación tanto con el periodo comunista como con los tiempos del régimen islámico.
Todos estaban por tanto a la espera de las decisiones de Donald Trump en relación con ese país. Los estadounidenses quedaron tremendamente impresionados con las revelaciones de Michael Hastings sobre el manejo de la situación en Afganistán [1]. Así llegaron a la conclusión de que, al contrario de lo que afirma la retórica de consenso, la causa principal de los problemas actuales en Afganistán es la prolongada presencia de tropas estadounidenses en ese país. Esa idea se difundió a través del film de David Michod, que llevó a la pantalla el trabajo de Hastings en War Machine (Máquina de guerra). Esa película muestra al general estadounidense Stanley McChrystal (interpretado por Brad Pitt) explicando a los campesinos afganos su deseo de «ganarse sus corazones y mentes»… matando a sus vecinos.
En ese contexto, la prensa estadounidense –y, por imitación, la prensa de los países occidentales– acogió el anuncio del envío de refuerzos a Afganistán como un viraje de Donald Trump en relación con la política que había anunciado durante su campaña electoral y como una muestra de su supuesto alineamiento con la política de sus predecesores Bush hijo y Obama. En efecto, durante su campaña electoral, Trump había anunciado su intención de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán.
Existen, en ese aspecto, dos errores de interpretación: el primero es una interpretación errónea de la opinión de los estadounidenses, el segundo es un error de interpretación sobre el objetivo del presidente Trump.

Los electores de Trump votaron por él para poner fin a la política terrorista de Bush hijo y Obama

Los comentaristas de moda no han admitido nunca la posición antiimperialista de Donald Trump y han calificado su política de «aislacionista», lo cual no es.
Un estudio de los profesores Douglas Kriner y Francis Shen, publicado en junio, muestra que los condados donde se registraron más votos a favor de Trump son precisamente los que cuentan las mayores cifras de militares muertos en Afganistán e Irak [2]. El apoyo popular al hoy presidente de Estados Unidos no tiene mucho que ver con la llamada rebelión de los «hombres blancos desclasados», de la que tanto se ha hablado, sino con la depresión de las familias estadounidenses que han perdido uno de sus hijos, jóvenes que creían luchar por la democracia y que murieron en esos países para imponer allí el caos.
Eso quiere decir que los electores de Trump no son «aislacionistas». Son perfectamente capaces de asumir el envío de refuerzos a Afganistán si comprenden y comparten la finalidad de esa decisión, o sea si Washington cambia de política.

Trump contra la manipulación del terrorismo que aplicaron sus predecesores

En su discurso a las tropas, transmitido en vivo por televisión el 21 de agosto, el presidente fue explícito sobre su estrategia: cortar todo apoyo estatal al terrorismo [3]. En Afganistán, se trata de cortar la ayuda de Pakistán a los talibanes y a los yihadistas en general.
Por su parte, el consejero presidencial de seguridad nacional, general H. R. McMaster, declaró a la prensa que la administración Trump no quiere convertir Afganistán en un «Estado a la imagen de Estados Unidos» sino respetar la cultura de ese país, declaración que sale al paso no sólo a las obsesiones del general Stanley McChrystal sino también a las manipulaciones de la CIA.
El comandante de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, general John W. Nicholson, indicó mientras tanto que ya no tiene instrucciones de combatir a los talibanes sino de atraerlos a la vida civil [4].
Es importante observar que el presidente Trump ha confiado esa misión a sus tropas, no a las de la OTAN. Pudo haber solicitado la cooperación de la alianza atlántica, pero prefirió no hacerlo porque no está seguro de las intenciones de sus aliados.

El caso particular de Pakistán

Para conferir una identidad a Pakistán, cuyo territorio los británicos arrancaron a la India agitando la supuesta amenaza de un Estado confesional hindú, la CIA envió a ese país uno de sus agentes: Said Ramadán. Este difundió allí la doctrina de la Hermandad Musulmana. Posteriormente, con ayuda de Abul Ala Maududi, Said Ramadan constituyó en Pakistan la milicia de la Jamaat-i-Islami, que redactó la Constitución pakistaní.
Cuando el consejero estadounidense de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski decidió derrocar el gobierno afgano aliado de la URSS, recurrió a la Hermandad Musulmana y esta envió a Osama ben Laden y sus muyahidines. Simultáneamente, derrocó en Pakistán a Zulfikar Alí Bhutto y puso en el poder al general Muhammad Zia-ul-Haq. Este último era miembro de la Jamaat-i-Islami, la rama pakistaní de la Hermandad Musulmana [5].
Desde entonces, y a pesar de alguna que otra peripecia, Pakistán ha servido de base de retaguardia a los yihadistas, no sólo para la acción de estos en Afganistán sino también para las que realizan por todo el mundo. Sin embargo, a fuerza de participar en el doble juego de los anglosajones, el Estado pakistaní ha sufrido un grave proceso de descomposición.
En respuesta a esa situación, China ha iniciado un amplio programa de ayuda a Pakistán, donde invertiría 50 000 millones de dólares. Actualmente, 3 000 chinos están construyendo rápidamente el tramo pakistaní de la «ruta de la seda», mientras que Pekín va armando el país. La influencia estadounidense está por tanto en pleno retroceso, a pesar de los 30 000 millones ya invertidos allí por Washington desde los tiempos de Bush hijo.
En los últimos meses, Nawaz Sharif, el primer ministro islamista de Pakistán, sucesor del general Zia-ul-Haq, se ha visto cuestionado a causa del viraje de su padrino, Arabia Saudita. Fue bruscamente destituido bajo la acusación de evasión fiscal, basada en los Panama papers, después de haber difundido una serie de documentos falsos para tratar de justificarse, y lo sustituyó «temporalmente» Shahid Khaqan Abbasi, cuyo padre por alianza dirigía los servicios secretos pakistaníes en tiempos de la guerra secreta contra los comunistas afganos. Después del discurso del presidente Trump, Abbasi viajó apresuradamente a Riad, el 23 de agosto, donde fue recibido por el príncipe Mohammed ben Salman, rey de facto de Arabia Saudita, quien le ordenó cooperar con Washington, actitud confirmada de inmediato por el embajador pakistaní en Washington [6].
Es poco probable que el hermano de Nawaz Sharif, Shehbaz Sharif, sea designado primer ministro en septiembre. Shahid Khaqan Abbasi debería mantenerse en ese cargo al menos hasta las elecciones generales de 2018, gracias al doble respaldo de Arabia Saudita y Estados Unidos. Habrá que ver si en los próximos meses cumple sus promesas en materia de lucha contra los yihadistas.

Incidencia sobre la India

Desde el punto de vista pakistaní, las cosas parecen difíciles de manejar. En 1893, sir Mortimer Durand trazó la frontera entre Afganistán y el actual Pakistán, dividiendo las tribus pashtunes entre los dos países. Durante la guerra secreta contra los comunistas afganos, los anglosajones empujaron los servicios secretos de Pakistán a utilizar esa etnia, de la que provienen los talibanes. Por consiguiente, cuando los indios trataron de desempeñar un papel en ese teatro de operaciones, se apoyaron en otras etnias, principalmente en los tayikos. Teniendo en cuenta que si Pakistán se aleja de Estados Unidos, la India se aleja de Rusia para acercarse a Israel –que se ha convertido en su principal proveedor de armamento–, Donald Trump recurrió a Nueva Delhi para presionar a Islamabad.
Este breve recuento de los hechos permite llegar a la conclusión de que el presidente Trump no ha modificado su política ni adoptado la que aplicaron Bush hijo y Obama. Trump sigue adelante con su propia política contra los yihadistas, en evidente coordinación con Moscú y Pekín.
Thierry Meyssan
[1] “The Runaway General”, Michael Hastings, Rolling Stone, 22 de junio de 2010. Este artículo obligó al presidente Obama a destituir al general Stanley McChrystal.
[2] “Battlefield Casualties and Ballot Box Defeat: Did the Bush-Obama Wars Cost Clinton the White House?”, Douglas Kriner y Francis Shen, SSRN, 19 de junio de 2017.
[3] “Remarks by Donald Trump on the Strategy in Afghanistan and Pakistan”, Donald Trump, Voltaire Network, 21 de agosto de 2017.
[4] “Gen. Nicholson explains what new U.S. South Asia policy means for mission in Afghanistan”, John W. Nicholson, Nato, 24 de agosto de 2017.
[5] Sous nos yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump, Thierry Meyssan, éditions Demi-Lune, 2017. Este libro se encuentra actualmente en fase de edición con vista a su publicación en español. Nota de la Red Voltaire.
[6] “Pakistan’s ambassador: We want to work with Trump to end war in Afghanistan”, Waseem Abbasi, USA Today, 23 de agosto de 2017.