LA REVOLUCIÓN
DEL INKA TUPAC AMARU II
Por: Walter Payehuanca Añamuro
José Gabriel Condorcanki Noguera,
Túpac Amaru II, Cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana, descendía en línea
recta de doña Juana Pilcowaco, hija del último inca Túpac Amaru, asesinado por
el virrey Toledo el año 1572. Nació en la provincia de Tinta, en Surimana, el
19 de marzo del año 1738. Era el segundo hijo de don Miguel Condorcanki y de
doña Rosa Noguera. Su madre murió a la edad de 30 años. Más tarde, al fallecer
el primogénito Clemente, José Gabriel quedó como único y legítimo heredero del
cacicazgo paterno. Al enviudar, don Miguel casó con doña Ventura Mojarras, con
quien tuvo un hijo, llamado Juan Bautista. A los 10 años ingresó en el Colegio
de Caciques de San Francisco de Borja del Cusco. Al llegar a los 20 años
contrajo matrimonio (25/5/1760) con doña Micaela Bastidas Puyucawa, natural de
Pampamarca. De esta unión nacieron tres hijos: Hipólito en 1761, Mariano en
1762 y Fernando en 1768. A
fines de 1766, comenzó a reclamar su reconocimiento como cacique y a pedir la
ratificación de su calidad de descendiente legítimo del Inca Túpac Amaru.
En 1777, se acerca por primera vez a
las autoridades españolas, solicitando la eliminación de la mita, sobre todo la
minera. Denuncia los esfuerzos inhumanos a que son sometidos los indios, pide
la extinción de los obrajes, verdaderas cárceles donde se obligaba a adultos,
ancianos y niños a tejer sin descanso. Acusa a los corregidores de obligar a
los indios a comprar toda clase de objetos inútiles, para quedarse con una
parte de la ganancia y poder conservar sus lujos. Al ver que sus peticiones no
tenían respuesta, Túpac Amaru II comenzó a preparar la insurrección acopiando
armas de fuego, vedadas a los indios kheswaymaras. Al mismo tiempo trataba de
atraer a criollos y mestizos a su causa sin resultado.
El 4 de noviembre de 1780, el Inca
junto a un grupo de seguidores emboscaron en el camino hacia Tinta al despreciado
y odiado corregidor de Tinta Antonio de Arriaga y lo condujeron como prisionero
a Tungasuca. Con éste hecho se dio inicio a la revolución de
1780 dirigida por el Inca Túpac Amaru II, con el objetivo de restaurar el
Tawantinsuyu, coronándose Rey con el nombre de “José I”; buscando desterrar a las malas autoridades, poner
fin a los abusos que cometían los Corregidores en el cobro del tributo y
terminar con las injusticias que se cometían en el sistema de los
repartimientos mercantiles, exigiendo la instauración de una Audiencia en el
Cusco para que se hiciera justicia a sus hermanos de raza. Logró movilizar un
ejército de 60,000 kheswaymaras, hombres y mujeres, armados de lanzas, hachas,
macanas, hondas y muy pocas armas de fuego.
El 10 de noviembre, Arriaga es
ejecutado en la horca, en nombre del rey “José I” (Inca Túpac Amaru II). En
seguida con su ejército de kheswaymaras, empezó a recorrer pueblos y ciudades
destruyendo a su paso los obrajes, símbolo de opresión.
En el Cusco, para combatir la revolución,
se creó una junta de guerra, la que organizó tropas armadas, al mando del
corregidor Cabrera. Este ejército estaba compuesto por grupos armados de
criollos, mestizos y españoles, acompañados por caciques fieles, indios, negros
y mulatos. La madrugada del 18 de noviembre, el Inca logró rodear Sangarara. El
corregidor Cabrera, al descubrir este hecho, ordenó ingresar al templo,
acompañados del cura de Sangarara un capellán y algunas mujeres aterrorizadas.
Ingresaron tan rápido que algunos cayeron y fueron muertos por las pisadas.
El ejército kheswaymara, empezó el
ataque lanzando piedras sobre los realistas, estos, poseídos de miedo, enviaron
un emisario al Inca para conocer sus
intenciones; el Inca exigió que los criollos y mestizos pasen a sus filas,
prometiéndoles un trato amistoso, manifestando que solo perseguían a los
españoles. Los mestizos estaban por la rendición, pero el jefe español rechazo
dicha posibilidad.
Agotados los intentos pacíficos, se
dio inicio al combate, los fusileros kheswaymaras disparaban con eficiencia. El
polvorín realista explotó, volando parte del techo y desplomando una pared. Los
revolucionarios, incendiaron el resto del techo. Los principales jefes
realistas empezaron a caer. Tras seis horas de lucha, el ejercito kheswaymara
derroto por completo al ejército realista. La mayoría de indios se pasaron de
bando, así como los supervivientes negros y mulatos. El Inca, lamentó la muerte
de los criollos y mestizos, afirmando que nunca fue su ánimo causarles
perjuicio. Los heridos fueron atendidos, y los prisioneros recibieron un trato
benévolo, el capellán fue liberado y el cura recibió dinero para la
reconstrucción de la iglesia. En tanto, el Obispo del Cusco, excomulgó a Túpac
Amaru y a sus partidarios, ocasionando la deserción de muchos mestizos e
indios.
Triunfante el Inca, decidió dominar
el Kollao, el Alto Perú y la jurisdicción de Arequipa. De Sangarara pasó a Coporake, Yauri y
Pichiwa. Sublevando a las poblaciones del sur, mientras su primo hermano Diego
Cristóbal liberaba las tierras del otro lado del río Wilcomayo.
El 20 de Noviembre de 1780, desde
Tungasuca, envió una proclama a los
vecinos de Chumbivilcas, afirmando: “MI
ÁNIMO ES CORTAR EL MAL GOBIERNO DE TANTO
LADRÓN ZÁNGANO QUE NOS ROBA LA
MIEL DE NUESTROS PANALES”.
Con la ayuda de su esposa, el 2 de
enero de 1781, el Inca apareció sobre los cerros del Cusco. El 04 de enero
intentaron tomar Cusco sin éxito. Al día siguiente el Inca, inició el cerco
definitivo de la ciudad sin resultado, por los refuerzos que los realistas
recibieron de Lima enviados por el virrey. El inca decidió retirarse a Tinta en
donde se libró una cruenta y sangrienta batalla el 6 de Abril de 1781, siendo
derrotado y obligado a replegarse.
El Inca logró burlar a sus perseguidores, ingresando al pueblo de
Langui. Aprovechando de su confianza, un partidario suyo le apreso, el mestizo
Francisco Santa Cruz, el 06/04/1781. Otro traidor Ventura Landaeta, capturo a
doña Micaela Bastidas a sus hijos Hipólito y Fernando y a su hermano Antonio Bastidas.
También fue capturada la Casica
de Acos. Lograron escapar Diego Cristóbal Túpac Amaru, Mariano Túpac Amaru,
segundo hijo del Inca, su sobrino Andres Mendiguri y Miguel Bastidas.
Cuando Del valle supo de la captura,
mandó 50 hombres para custodiarlo, el sábado 14 de abril el Inca entró al
Cusco, sobre una mula encadenado.
El visitador Arreche inicio el
proceso, haciendo comparecer al Inca, quien se negó en todo momento a
responder; le torturaron, le ofrecieron aminorar el castigo a fin de que delatara
a sus compañeros, pero el Inca jamás se doblegó, por el contrario, asqueado de
tanta bajeza le increpo al Visitador:
“AQUÍ NO HAY MÁS CÓMPLICES QUE TÚ Y YO; TU POR OPRESOR, Y YO POR LIBERADOR,
MERECEMOS LA MUERTE ”.
Las torturas se intensificaron, hasta llegar a quebrarle un brazo al Inca.
El 2 de mayo la salud de Túpac Amaru
II empeoró, motivo por el cual aceleraron el proceso. Mientras se preparaba el
“Patíbulo y cadalso”. Para el Inca prepararon, once coronas de fierro con
puntas agudas, para ponerlos en su cabeza, un collar de hierro con dos platinas
muy pesadas y rodeadas de puntas agudas. Por la parte del cerebro se le
introducirían tres puntas de fierro
ardiendo que saldrán por la boca por los
tres bandos que mando publicar.
El viernes 18 de mayo, se dio lugar los asesinatos en la plaza
Wakaypata del Cusco, los prisioneros kheswaymaras salieron arrastrados por caballos,
acompañados de eclesiásticos y soldados. El inca, su esposa y su menor hijo
Fernando espectaban los asesinatos. Berdejo Castelo y Bastidas, fueron
asesinados ahorcados. Al ex esclavo negro Oblitas se le arrastro con soga al
cuello antes de asesinarlo en la horca, su cabeza fue remitida al Cusco, el
brazo derecho a Tungasuca y el izquierdo se colocó en el camino de san Sebastián.
Hipólito, hijo mayor del Inca y su anciano tío Don Francisco, sufrieron igual
asesinato, con el añadido previo de cortarles la lengua. A la valerosa Casica
de Acos, doña Tomasa Titu Condemayta, imperturbable, irónica y despectiva
frente a los españoles, le dieron garrote sobre un tabladillo dispuesto con un
torno de hierro. A Micaela Bastidas, los asesinos intentaron cortarle la lengua
pero ella no lo permitió, solo pudieron cortarle después de ser asesinada; se
le aplicó la pena de garrote, pero como Micaela tenia el cuello muy delgado, el
torno no lograba ahorcarla, padeciendo mucho sin implorar piedad a sus
asesinos. Para acelerar la ejecución, le echaron lazos al cuello, tirando los
asesinos de ambos extremos, aún así la heroína no moría, entonces los asesinos
la remataron dándole patadas en el estómago y en los senos hasta que expiró.
Finalmente los asesinos se ensañaron con el indio José Gabriel Condorcanki Inca
Túpac Amaru II; a viva fuerza le abrieron la boca y le cortaron la lengua, le
arrojaron al suelo, con la cara hacia el firmamento, las extremidades fueron
sujetadas con cinchas a 4 caballos cabalgados por mestizos; se oyó una señal y
los jinetes partieron en dirección a los cuatro puntos cardinales, intentando
fragmentar al Inca, pero su fortaleza física, no lo permitió, por breves
momentos Túpac Amaru se debatió en el aire, como una gigantesca araña. En ese momento se levantó un fuerte refregón
de viento, y tras de éste un aguacero,
el cielo y los elementos sintieron la muerte del Inca. Ante la demora del
asesinato del Inca, el visitador Arreche, ordenó decapitarlo. El cuerpo fue
conducido al pie de la horca y
descuartizado, su cabeza fue enviado a Tinta, un brazo a Tungasuca y el otro a
Carabaya, una pierna fue enviada a Santa Rosa y la otra a Livitaca; los brazos
de Micaela Bastidas fueron enviadas a Tungasuca y Arequipa y una pierna a Carabaya; la cabeza de la
casica Tomasa Titu Condemayta fue enviada al pueblo de Acos. Los cuerpos de
Túpac Amaru, privado de la cabeza y extremidades, y de doña Micaela Bastidas,
conservando la cabeza y una sola pierna, fueron conducidos al cerro de Picchu,
donde fueron quemados y sus cenizas arrojados al río Watanay. Finalmente se
ordeno extinguir toda la descendencia del Inca hasta el cuarto grado de consanguinidad.
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